[MANUAL] Historia de la comunicación escrita – Carmen Espejo Cala

DATOS
Autor: Carmen Espejo Cala.
Nº de páginas: 171.
Editorial: Editorial Mad, S.L..
Año de publicación: 1998.
Ediciones: 1 hasta la fecha.
Lugar de impresión: Alcalá de Guadaira, Sevilla (España).
ISBN: 84-8311-320-1.
Depósito legal: SE-2113-98.

Si queremos conocer la verdadera importancia y el auténtico poder que ejerce, y ha ejercido, la comunicación es necesario acudir a los anales de la misma para comprenderla mejor. Quizá fue esto lo que se planteó Carmen Espejo Cala, profesora titular de la Universidad de Sevilla, especializada en Historia del periodismo, a la hora de iniciar el presente manual, de suma utilidad tanto para los estudiantes de Historia como para aquellos de cualquier rama de las ciencias de la información.

Nos encontramos ante un manual de sencilla lectura, con apenas 171 páginas, escasas notas a pie de página pero, eso sí, con una bibliografía especializada sobresaliente. Además, el tamaño de su letra y la disposición de las páginas hace que sea un producto muy digerible. Esto convierte al libro de la profesora Espejo en una lectura liviana y de sumo interés, no sólo para estudiantes o académicos, sino también para cualquier persona que quiera ahondar un poco en los orígenes de la escritura y, por ende, también de la comunicación. De hecho, la autora no da nada por sabido y explica todo el proceso de gestación, expansión y perfeccionamiento de la escritura con bastante claridad.

Cuenta con ocho capítulos que abarcan desde los instantes antes de la aparición de la escritura hasta la aparición de la imprenta en Europa en el siglo XV. Dichos capítulos son: Introducción, Técnicas precedentes de la escritura, Origen y consagración de la escritura en los imperios orientales de la Antigüedad, Extensión social de la comunicación escrita: Grecia, Expansión geográfica de la comunicación escrita: Roma, Profesión y escritura: La comunicación escrita en la Edad Media y Primera revolución comunicativa de occidente: el siglo de la imprenta (1450-1550). En líneas generales cada capítulo hila muy bien con el siguiente, dando sensación de continuidad en la lectura. Sin embargo, hubiese agradecido que la profesora Espejo incluyese en su manual siglos posteriores, con la aparición del periodismo o la extensión de la escritura a nivel doméstico.

Es un manual que funciona muy bien como bibliografía para complementar el estudio de la Historia social así como, en parte, la Antropología. Gracias a él descubrimos cómo la escritura marcó importantes procesos en civilizaciones como la egipcia, la griega o la romana.

Historia de la comunicación escrita ha sido un manual al que le di bastante uso durante el estudio de la carrera en la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA), concretamente para la asignatura Historia de la Cultura Escrita. Por ello, me decidí a estudiarlo a fondo e hice un resumen de cada capítulo del mismo. Encontraréis dichos resúmenes pinchando en los siguientes enlaces:

Un manual muy recomendable en líneas generales, siempre y cuando se esté predispuesto a estudiar o aprender sobre los temas que aborda en sus capítulos.

Valoración: 4/5

La primera revolución comunicativa en Occidente: la «invención» de la imprenta

  • LA POLÉMICA INVENCIÓN DE LA IMPRENTA

La propia dinámica de la producción y el comercio empujaron a la Europa de la Baja Edad Media a una serie de descubrimientos técnicos que afectaron al sistema de comunicación social. La imprenta se enmarca claramente en este contexto.

Bi Sheng (990-1051), el verdadero inventor de la imprenta.

La aparición de la imprenta sólo puede entenderse como consecuencia de la presión que la demanda ejercía en la sociedad de la época. La invención de la imprenta no es europea sino oriental ya que en el año 960 se usaron en China los primeros tipos móviles de madera y en el 1045 se emplearon caracteres de arcilla cocida, llegando incluso a emplearse el bronce y el cobre. En Europa solo se aplicó el invento cuando la sociedad comenzó a demandar una técnica mecánica para la producción de textos escritos.

Biblia de Gutenberg.

La figura del “inventor” de la imprenta aun es controvertida hoy día aunque Gutenberg es el candidato más sólido. El mérito de Gutenberg fue el de aplicar una serie de avances técnicos a un modelo de máquina tan eficaz que siguió usándose hasta el siglo XIX. La fecha también es objeto de polémica y se sitúa entre 1445 y 1450. Destaca la impresión de la Biblia de las 42 líneas o Biblia de Gutenberg.

  • DIFUSIÓN DE LA IMPRENTA EN EUROPA

Durante años la tipografía fue casi un secreto. Sólo a partir de 1462 puede hablarse de difusión europea de esta nueva tecnología. Maguncia fue saqueada por Adolfo Nassau y una de sus medidas fue la prohibición de las prensas. A raíz de esto se expande el conocimiento de la máquina por europea gracias a una serie de tipógrafos ambulantes.

Desde su comienzo, el impresor se enfrentó con la alternativa de basar su negocio en el apoyo institucional o confiar en el mercado de una clientela letrada. La clientela estable se buscó entre la clase media urbana instruida. La aristocracia, en cambio, acogió en un principio el invento con escaso entusiasmo, pues el libro tipográfico les parecía de inferior calidad gráfica.

Las líneas de difusión geográfica de la imprenta no fueron concéntricas a Alemania sino que se dirigieron a lugares muy diversos y distantes, siguiendo con exactitud redes de líneas de comercio de finales de la Edad Media.

Sinodal de Aguilafuente (1472), primer libro impreso en España.

La imprenta tardó en difundirse por España, quizá debido a la situación geográfica  de la Península o a la inexistencia de grandes poblaciones humanas. La Gramática de Bartolomé Mates (1488) ha sido considerada el primer libro impreso español. Sin embargo el primer libro impreso español fue el Sinodal de Aguilafuente en 1472. De todos modos, la imprenta se extenderá por España comenzando por Aragón hasta llegar a la famosa imprenta sevillana fundada por Jacob Cromberger en 1502. Antes de finalizar el siglo XV eran 26 las ciudades españolas que disponían de imprenta.

El arte de imprimir se nacionaliza muy pronto. Italia fue el primer país europeo donde los impresores alemanes perdieron su monopolio y así sucesivamente.

  • LA IMPRENTA Y LA CONSERVACIÓN / TRANSFORMACIÓN DE LA CULTURA ESCRITA

Muchos historiadores de la comunicación aseguran que la imprenta no tuvo una implantación total en los modelos de comunicación social imperantes ni conllevó, en los primeros momentos, ningún cambio en las tendencias socioculturales de la época. La imprenta se utilizó, en un principio, para conservar una tradición escrita que coincide casi exactamente con la de la Baja Edad Media. La imprenta traía dos nuevas posibilidades al panorama sociocultural:

  1. La primera es la de obtener copias idénticas entre sí, no sujetas a erratas o manipulaciones.
  2. La segunda era la de obtener un mayor número de copias cada vez. Esta será la que estará en el origen de la capacidad revolucionaria de la imprenta.

La igualdad tipográfica fue lo más preciado de las posibilidades de la imprenta, de esto modo, corporaciones, instituciones y órdenes religiosas se precipitaron a imprimir sus reglas y constituciones para evitar alteraciones. Esto supone que la comunicación impresa vaya, cada vez más, rodeándose de un aura de oficialidad.

Papa Inocencio VIII (1432-1492).

La supuesta revolución de la imprenta no se aprecia demasiado en los aspectos materiales de la edición de libros. El tránsito del libro manuscrito al impreso resulta menos revolucionario que otros procesos anteriores. Por otro lado, los poderes religiosos y políticos reaccionaron rápidamente ante el peligro potencial que la imprenta podía encarnar como medio para la difusión masiva de ideas subversivas: en 1487 se publica la primera Bula papal en la que se prohíbe la impresión de cualquier obra que no salga con permiso eclesiástico y sería algo que la Inquisición vigilaría constantemente partir de 1542.

  • LA IMPRENTA Y LA AMPLIACIÓN DEL PÚBLICO LECTOR

En los albores de la Edad Moderna la alfabetización siguió siendo pobre e incluso no era generalizada entre las clases superiores en las que aun pervivía la oralidad. Tomás Moro fijó en un 60% el número de londinenses alfabetizados. A ello había contribuido el desarrollo de la escuela privada. No obstante el dominio de la lectura y la escritura no debe confundirse con la capacidad de leer y entender libros.

La producción media de un libro impreso en el siglo XV estaba entre los 200 y los 500 ejemplares por lo que no puede hablarse, por tanto, de una difusión masiva del libro impreso. El primer libro impreso que merece la calificación de “best-seller” fue la obra de Thomas de Kempis, De imitatione Christi de 1471 la cual alcanzó 99 ediciones antes de que acabase el siglo. El autor más impreso y vendido de la época fue Martín Lutero.

De Imitatione Christi (1471) de Thomas de Kempis.

En parte de los manuscritos de los siglos XIV y XV es visible ya la apreciación de la figura del autor, cuyo retrato suele aparecer en las miniaturas, aunque hasta el siglo XVIII se consideró de mal gusto escribir para ganar dinero en vez de fama. Es aceptada la figura del gentleman-writer, el autor que vive de sus bienes o cargos y no de su pluma, el cual muchas veces se oculta tras el anonimato.

Pero, poco a poco, gracias a la imprenta y la censura el autor aparecería como responsable judicial del discurso y con ello se fue eliminando la anonimia.

BIBLIOGRAFÍA

ESPEJO CALA, C. Historia de la comunicación escrita (de la prehistoria a la irrupción de la imprenta). 1ª Edición. Sevilla: Editorial MAD S.L., 1998. pp. 141-151.

La comunicación escrita en la Edad Media

  • LA CONSERVACIÓN DE LA CULTURA ESCRITA EN EL MONASTERIO

La escritura al servicio del proyecto comunicativo de la Iglesia

En la segunda mitad del siglo V d.C. el Imperio Romano de Occidente acaba por descomponerse, pero la cultura grecolatina aparece ya agotada desde el siglo II d.C. y a partir del siglo IV los oficios pasaron obligatoriamente a ser heredados de padres a hijos, instaurándose el principio feudal. El emperador va progresivamente convirtiéndose en un rey y en Occidente se vive una completa ruralización.

Con esta ruralización se destruye toda la infraestructura comunicativa romana, tanto lo material como lo formal. En la Edad Media existiría una incomunicación generalizada.

La Iglesia consigue organizar en un tiempo muy breve una vastísima red de minúsculos centros religiosos y clericalizó las estructuras civiles basándose en la organización administrativa y territorial romana, monopolizando la comunicación.

El proyecto comunicativo de la Iglesia es un modelo de comunicación oral y visual, aunque también tiene un modelo de comunicación escrita.

El modelo de comunicación oral y visual estaba dirigido a una mayoría analfabeta, un sistema para los grupos iletrados, aunque fue un sistema que fue asimilado por toda la población, culta e inculta. La Iglesia supuso el único pivote de unidad cultural, las autoridades religiosas vieron la necesidad de unificar el credo de todos los cristianos mediante la predicación, la cual se va convirtiendo en el recurso más importante para el mantenimiento de la Fe.

Iglesia de San Clemente en Tahull (Lérida, España), un perfecto ejemplo de comunicación visual.

La predicación se encomendó al cura de la comunidad pero llegarán a crearse, en los siglos XII y XIII, cuerpos especializados en predicar la Fe, las Órdenes Mendicantes con la finalidad de evitar una distorsión del mensaje. Los sermonarios (Ars Praedicandi) contribuyeron a la unificación de conciencias. Los predicadores de a pie y el clero secular repetían lo escrito en los sermonarios desarrollando técnicas persuasivas.

El modelo visual de la comunicación fue el de las Bellas Artes: arquitectura, pintura, escultura… a veces muy integrado en la liturgia, la cual se convertía en una hermosa ceremonia cargada de simbolismo y efectos escénicos.

A pesar de que la Iglesia intenta monopolizar el sector comunicativo, con Carlomagno se llega al primer renacimiento cultural en Europa. Carlomagno intentó restaurar el modelo político del Imperio Romano y algo así requería una buena administración por lo que se empeñó en difundir la escritura entre sus cortesanos.

Carlomagno fue, posiblemente, la figura más importante al respecto de la comunicación durante la Alta Edad Media.

A Carlomagno se le atribuye la recuperación del sistema de Correos pero un nuevo sistema feudal. Los señores estaban obligados a acoger a los mensajeros en los altos de su camino y era el señor feudal quién recibía las noticias por correo y las hacía circular hacía los escalones inferiores.

El poder civil se organizaría calcando el sistema comunicativo de la Iglesia, una estructura piramidal en cuya base se encontraría el pregonero. Otro de los elementos de difusión de la información fue el ejército que al participar en campañas lejanas traían a casa noticias de esas tierras.

Otro elemento capital para la comunicación fue el mercader, normalmente de procedencia siria o judía, que al intercambiar productos también intercambiaban comunicaciones.

El scriptorium monástico. Las prácticas de la lectura en la Alta Edad Media.

Consecuente con todo lo anterior la producción del libro también cambia radicalmente. De ahora en adelante la producción de libros se realizará en centros eclesiásticos que no tienen como objetivo el comercio sino solo satisfacer las necesidades culturales de la propia comunidad, se trata de una actividad, en origen, desinteresada.

La institución monástica tiene su origen en el anacoretismo, el ejemplo cundió en Occidente un siglo más tarde. Aunque la finalidad del primer monacato no es el estudio pero la lectura estaba incluida dentro de las tareas práctico-espirituales que debía cumplir todo monje según la Regla de San Benito. Esta regla divide en tres grupos las actividades del monje:

  1. El opus dei: la plegaria, que ocupaba un mínimo de cuatro horas diarias.
  2. El opus manuum: el trabajo manual para la subsistencia de la comunidad, con seis horas diarias.
  3. La lectio divina: que suponía contar con una biblioteca nutrida. En un principio no podía ser más que el desciframiento de las verdades cristianas contenidas alegóricamente en cualquier texto escrito.

En una época en la que el monasterio aparece como un islote que debe abastecerse a sí mismo aparecen los scriptoria para asegurar la producción de libros. En ellos trabajaban los monjes rodeados de silencio. La tarea era muy dura y las condiciones no era óptimas, además de que estaban obsesionados por el peligro de incendio por lo que estaba prohibido el fuego. A veces estaban dispensados del descanso dominical y del rezo en común con tal de que dedicasen todas las horas al trabajo.

Toda la cadena de producción de libros está asegurada en el interior del mismo edificio, desde la obtención de pergamino a la encuadernación, pasando por la copia y la ilustración. Para supervisar tan ingente proceso al frente del scriptorium se encontraba el armarius, que debía procurar el abastecimiento de material, corregir los textos y proponer al abad la copia de otros nuevos.

Recreación de un Scriptorium monástico en la película El Nombre de la Rosa (Jean-Jacques Annaud, 1986).

En el monasterio se encuentra además el único ejemplo de biblioteca en todo Occidente, al menos durante estos primeros siglos. Estaba dispuesta la el estudio de los monjes pero también podían conceder los libros en préstamo previo pago del alquiler.

La lectura seguía siendo pronunciada aunque en voz baja aunque hubo ocasiones para la lectura en alta voz en incluso para la performance. Incluso llegó estar permitida la lectura a varias voces. A partir del siglo VI se documenta una tendencia creciente hacia la lectura silenciosa.

El códice de pergamino

La copia del libro en la Alta Edad Media fue un trabajo de equipo realizado bajo la dirección de un jefe del escritorio. La copia del texto no podía comenzar sin una cierta preparación de la página, tanto el pergamino como luego el papel se pulían de nuevo antes de empezar.

Para asegurarse el ensamblaje perfecto de cada cuaderno era necesario indicar un número de página (signatura). Una de las mayores aportaciones de la edición medieval es el desarrollo de la ilustración, el nuevo formato hizo evidente la posibilidad de entender cada una de las páginas que lo formaban como unidades estéticas independientes. Además, el pergamino permitía el empleo de sustancias colorantes más densas. Una de las primeras innovaciones fue la colocación de un marco o recuadro alrededor de la viñeta.

La ilustración del texto se realizaba basándose en orlas e iniciales y en dibujos. Los dibujos reciben el nombre de miniaturas por el término latino minium, que significa rojo. Si además de colores se utilizaba oro se llamaba iluminación. Rara vez era el mismo monje que escribía el texto el que realizaba las ilustraciones. Ejemplo destacado de la riqueza de estas ilustraciones lo encontramos en España con los Comentarios al Apocalipsis que escribió San Beato de Liébana en torno al año 766.

Ejemplo de iluminación en un códice medieval.

A partir del siglo XII también en la ilustración se dejan sentir los nuevos aires góticos. Las figuras se humanizan y las escenas tienen incluso valor documental como reflejo de la vida y las costumbres cotidianas.

Todos los textos medievales, prácticamente, fueron encuadernados con formato de códice. Ha de notarse que para los libros normales las tapas fueron, en un principio, simples refuerzos de piel. La decoración fue enriqueciéndose con el paso del tiempo. Hubo un tipo de libro, destinado a grandes dignatarios o que contenían textos solemnes cuya encuadernación es considerada una obra de arte.

  • LA COMUNICACIÓN ESCRITA Y LA RECONSTRUCCIÓN DEL ESPACIO URBANO EN LA BAJA EDAD MEDIA

Comunicación escrita y burguesía. El proto-periodismo.

Las ciudades comienzan a recuperarse en torno a los siglos X y XI, algunas de ellas son viejas urbes romanas, otras son de nueva planta surgidas en torno al castillo o monasterio. Pero la recuperación no es solo urbana, también lo fue demográfica: a finales del siglo XIII Europa cuenta con una población de 80 millones, similar a la de fines del Imperio. Las ciudades medievales surgen como agrupaciones de artesanos y mercaderes, es decir, burgueses. Este renacido burgo medieval supone la asunción de tres elementos: racionalidad, dinero y escritura.

El Correo resurge de nuevo, y sobre todo en España, donde encontramos el Código de las Partidas, en el que se menciona la figura del mandadero como oficial del Rey, a los cuales se les denominaba troteros, llegando a crearse el cargo de Trotero o Correo Mayor en la Castilla de los Reyes Católicos.

Código de Las Partidas (o Siete Partidas), creado por Alfonso X «el sabio» durante el siglo XIII con el objetivo de dar uniformidad jurídica al reino.

Es una época en la que se consolida la banca y se produce un auténtico renacimiento de la actividad comercial gracias a la propia banca, la cual estaba controlada por los templarios, los judíos y los banqueros lombardos.

La información comienza a jugar un papel muy importante fuera ya de los muros de la Iglesia, aparece una amplia gama de escritores, desde el historiador al proto-periodista, encargados de informar a príncipes y demás autoridades. Especialmente exitosas son las crónicas así como la recuperación de las actas diurnas.

Se documenta ya la figura del especialista en información, el cual se dedicaba a recopilar datos de muy diverso interés para difundirlo entre un público también muy diverso: autoridades, comerciantes o el simple pueblo llano. Los primeros ejemplos documentados son los menanti italianos. Según Timoteo Álvarez, cuatro son las características del modelo informativo bajomedieval:

  1. Existencia de una importante demanda informativa.
  2. Surgimiento de la información como mercancía, como negocio, que se bifurca desde el primer momento a través de dos cauces, la empresa pública y la privada.
  3. El potencial político de la información, que determina una rápida reacción y actuación represora de las entidades políticas y religiosas.
  4. La gran diversidad social de estos primeros agentes informativos: pícaros, estudiantes, marinero, historiadores, banqueros…

La comunicación escrita en la Universidad

La función docente de la Iglesia se entiende, en los primeros siglos, como necesidad de instruir a los mismos clérigos que habían de ejercer el control espiritual y administrativo de la Cristiandad. De la escuela episcopal, siglos después, surgirá la Universidad. La Universidad se dividió en facultades: teología, derecho, medicina y artes. Los estudios duraban seis años y abarcaban entre los 14 y los 20 años de la persona. Concluidos los estudios se conseguía el título de bachiller. Los profesores impartían sus enseñanzas en latín y pertenecían a nuevas órdenes mendicantes como los franciscanos y los dominicos.

Universidad de Salamanca (España). Siglo XIII.

La Universidad misma es un fenómeno burgués. El estudiante, independientemente de su condición social, muestra la condición de superarse y moverse lo necesario, siendo muchos de ellos nómadas.

La práctica de la lectura cambia radicalmente, ahora se lee extensamente, muchos libros y de forma más rápida y superficial, se pone un énfasis inusitado en la lectura. Para favorecer esta nueva práctica intelectual se desarrollan dos estrategias:

  1. El desarrollo de la gramática de la legibilidad.
  2. La publicación de numerosos volúmenes en los que se extracta, se compendia y vulgariza el saber depositado en las grandes obras de la cultura eclesiástica o civil.

La comunicación escrita en el palacio nobiliario y en los círculos humanistas

En los últimos años de la Edad Media la vida monástica decayó en muchos lugares y se distanció de sus primitivos ideales, lo cual afectó también a la actividad bibliográfica de los conventos y los estudios de los monjes. La bibliofilia se irá trasladando desde los centros monacales a las cortes nobiliarias y reales. Se trató de una extensión lenta y limitada, entre otras razones dados los precios elevados de los libros.

Los grandes bibliófilos pertenecerán, a partir del siglo XIII, a la nobleza y a la realeza. Gracias a este interés de los nobles, la producción de libros deja de estar exclusivamente radicada en los monasterios, constituyéndose un gremio de copistas, iluminadores y encuadernadores civiles. Los manuscritos más demandados por este nuevo público fueron los libros de oración (breviarios).

Breviario (Siglo XVI).

Poco a poco la literatura ornamental se convirtió en un rentable negocio dirigido a nobles de más baja escala o a los primeros burgueses pudientes. Las bibliotecas burguesas dejan de tener preferencia por el latín y comienzan a llenarse de libros en sus propias lenguas.

El humanismo tuvo mucho que ver con toda esta revolución del libro ya que querían recuperar la literatura grecolatina en sus propias fuentes originales. Todos los humanistas fueron empedernidos bibliófilos.

Este interés por los libros no tardó en generar un circuito comercial específico de grandes traficantes de manuscritos. Los Médicis recuperaron la biblioteca pública antigua fundando la Biblioteca Mediceo-Laurenziana.

Los escritorios laicos

En la Baja Edad Media, y con la consolidación de la Universidad, empieza a notarse una demanda creciente de libros lo cual produce un abaratamiento del libro en detrimento de la calidad material del mismo.

Se crearon estaciones o librerías en cada una de las facultades. Los rectores fijaban el precio por el alquiler así como concedía licencias a los libreros. Pero no era el libro en sí lo que se alquilaba sino el derecho a copiar un trozo de libro: la pecia. El sistema de pecias tenía dos ventajas:

  1. Impedía la difusión de erratas de copia en copia porque todas las copias partían de un “exemplar” autorizado por la Universidad.
  2. Permitía que varias personas copiaran a la vez el mismo texto siempre que trabajaran con cuadernos distintos.

Hacia una nueva tecnología de la comunicación escrita. La difusión del papel en Europa.

El soporte y formato casi exclusivos de toda la Edad Media fue el códice de pergamino. Sin embargo no fue nunca un material abundante, dada la dificultad de su producción. A partir del siglo VII comienza a notarse en Europa la escasez de papiro, motivada por la conquista musulmana de Egipto. Poco después, en el año 685, un califa dispone que todo el papiro, incluso el que se exporta a Europa, debe llevar la leyenda musulmana. Bizancio se negó e incluso se llegó a librar una guerra por tal causa pero el Imperio Oriental pierde y es obligado a utilizar el soporte con la invocación de Alá.

Otra solución a la escasez del material escriptóreo es lo que se conoce como palimpesto: el borrado o rascado de un pergamino para ser reutilizado. Se borraba sumergiendo los folios en leche y frotándolos con una esponja. Se distinguen tres épocas distintas en cuanto al uso de palimpestos:

  • Entre los siglos VI y IX
  • Entre los siglos X y XIII
  • Entre los siglos XIV y XV

A pesar de estas estrategias hubo un momento en el que la demanda del mismo superaba con creces la posibilidad de producción por lo que los europeos se deciden a adoptar un material escriptóreo conocido tiempo atrás: el papel. Su invención suele datarse en China alrededor del año 150 a.C. La extensión de su uso se atribuye a un eunuco de la corte imperial: Cai Lun.

Cai Lun, eunuco y consejero del emperador chino He de Han (Siglo II).

El proceso se fabricación es similar al del papiro, se parte de fibras vegetales o de trapos. El papel se introdujo en Europa mediante dos rutas distintas:

  • La primera en el tiempo fue la española, usándose en la España musulmana desde el siglo X.
  • La segunda ruta fue la veneciana, a partir del siglo XIII.

El papel tardó en generalizarse en la España cristiana y en Europa ya que se pensaba que su duración era corta, las Partidas del Rey Sabio especificaban que el papel solo se debía usar para escritos poco importantes. Estas extensas obras aparecen, en un primer momento, mezclando el papel y el pergamino debido a la escasez de pergamino. Aun así, la utilización del papel no se generalizará en Europa hasta que no se ponga en marcha la imprenta, la cual utilizará casi exclusivamente este soporte.

BIBLIOGRAFÍA

ESPEJO CALA, C. Historia de la comunicación escrita (de la prehistoria a la irrupción de la imprenta). 1ª Edición. Sevilla: Editorial MAD S.L., 1998. pp. 109-131.

Roma y la expansión geográfica de la escritura

  • CONSOLIDACIÓN Y DIFUSIÓN DEL ABECEDARIO LATINO

Entre los siglos X y VI a.C. se pusieron las bases de un universo comunicativo que sigue vigente hoy día. Comienzan a estructurarse rutas comerciales y comunicativas a lo largo y ancho de Europa. Después de la Grecia clásica una amplia franja del mundo es ya un espacio bien comunicado lo que explica la celeridad con la que Roma impuso su modelo cultural.

Hígado de Piacenza (Italia) realizado en bronce y con inscripciones etruscas.

Los romanos aprovecharon una aportación previa, la de la civilización etrusca. Los etruscos dominaron el centro de la península itálica durante la primera mitad del I milenio a.C. Sus orígenes son desconocidos y hay diversas teorías sobre ellos. Se conservan más de 10.000 inscripciones etruscas, escritas en un alfabeto de origen griego pero a día de hoy la lengua etrusca no ha sido descifrada y estas inscripciones permanecen ilegibles. Se piensa que a través del contacto con los griegos adoptaron el uso del alfabeto.

El nacimiento del alfabeto latino no puede remontarse más allá de la primera mitad del siglo VII a.C., los testimonios más antiguos escritos en alfabeto latino son una fíbula o hebilla datado en torno al año 600 a.C. Desde entonces hasta ahora las variaciones en la estructura del alfabeto latino han sido mínimas. Con el tiempo fueron apareciendo nuevas letras que iban adoptándose alfabeto griego. El abecedario latino es, en la actualidad, el sistema de escritura más extendido de los cinco continentes.

  • INFORMACIÓN Y PROPAGANDA EN LA CONSTRUCCIÓN DEL IMPERIO ROMANO

Prácticamente todo el mundo conocido llegó a formar parte del Imperio Romano, establecido en el siglo I. Los romanos aprendieron de los griegos a colonizar nuevos territorios enviando población desde la metrópoli pero, a diferencia de otras culturas, los romanos no tenían reparos en conceder la ciudadanía romana a más y más pueblos. Esta es la razón principal de la cohesión de un imperio tan extenso. De hecho hubo una propaganda exterior que difundió por medios muy diversos las ventajas del sistema romano.

El personaje histórico más consciente de la propaganda fue Julio César, el cual acompañó sus acciones militares de una importante campaña propagandística e hizo que sus esclavos escribientes aprendieran un sistema taquigráfico para acometer la sorprendente empresa de dejar un relato de sus gestas escrito al pie de batalla y en perfecta prosa.

La cohesión del territorio se ayudó también de un elemento de comunicación: la red viaria que comunicaba todo el imperio. Al final del imperio se había logrado una red de no menos de 300.000 kms y la eficacia comunicativa del sistema es evidente con dos anécdotas:

  1. César recorrió 1200kms en ocho días.
  2. Una carta de César a Cicerón desde Bretaña tardó 29 días.

El correo lo hicieron en un principio esclavos que corrían incansablemente por las vías pero Augusto introdujo posteriormente la caballería. Los romanos imitaron el sistema de correo persa y egipcio.

Calzada romana a través del Valle del Tiétar (Ávila, España).

Esta compleja red viaria surge con finalidad defensiva y ofensiva pero sin duda facilitó la comunicación, el comercio y tránsito de ideas. La misma infraestructura viaria sirvió para que circulase por ella abundante información oral y escrita. Roma inundó de papiros escritos en latín su vasto imperio. El latín echó raíces en la mayor parte de los territorios dominados, desplazando a las lenguas autóctonas. Del mismo modo, toda la amplia gama de grandes obras civiles se hicieron con un doble objetivo: pragmático y propagandístico.

  • COMUNICACIÓN OFICIAL / COMUNICACIÓN PARAOFICIAL

Los primeros siglos de la historia de Roma reproducen el modelo de comunicación social griego. La enseñanza de las primeras letras ya parece haber sido un beneficio universal en Roma a pesar de tener un carácter privado.

Tras Augusto, para cubrir de funcionarios su vasta red administrativa imperial, Roma necesitó de muchos funcionarios por lo que tuvo que promover las escuelas públicas de retórica. En la comunicación social romana, a diferencia del equilibrio de Grecia, prima la escritura sobre la oralidad.

Hubo dos modelos de información pública en Roma, el modelo oficial y el modelo paraoficial.

Modelo oficial: la mayor parte de los procedimientos empleados en Roma son el modelo oficial. Se usó en el ámbito de la administración, comenzando por los annales maximi en los que los pontífices realizaban anotaciones. Poco a poco se fueron añadiendo notas sobre actividades concretas de los pontífices o los acontecimientos ocurridos. Otro ejemplo que surgió con el tiempo fue el de los comentarii o libri, que eran memorias escritas por los políticos a su paso por las magistraturas.
Julio César ordenó por primera vez la publicación de actas, en concreto de las actas del Senado, en las que se recogían día a día los acontecimientos más señalados de la vida pública. Los ciudadanos romanos podían acceder a estas actas directamente, mediante tablones expuestos  en los muros del Palacio Imperial o del Foro. Se trataba de un modelo sutil de propaganda después de todo y era habitual utilizar para ello los muros.

Modelo paraoficial: el pueblo llano crea en Roma sus propios medios de comunicación, todavía muy rudimentarios, iniciándose así una nueva etapa en la historia de la comunicación. Todos los sistemas de comunicación que se dieron en las sociedades orientales y occidentales anteriores tienen la característica de estar controlados desde y para el poder, sin existir la opinión pública. En Roma ya se asiste a un atisbo del concepto gracias a la aparición de los primeros profesionales libres de la información. Se contaba, normalmente, a voces las novedades más escandalosas, un lejano precedente de la comunicación de masas o el amarillismo.

Graffiti romano encontrado en la casa de Pinarius Cerialis en Pompeya (Italia). En la inscripción se puede leer: «Marcellus Praenestinam amat et non curatur» / «Marcellus ama a Praenestina, pero ella no se preocupa por él».

Cabe mencionar también la aparición de otro medio de comunicación de popular: el graffiti, muy abundantes y prohibidos. Muchos de ellos eran anotaciones bromistas u obscenas. Así pues, Roma supone el punto inicial desde el que se explican la mayoría de los procesos comunicativos de la Historia occidental.

  • LA POLÍTICA CULTURAL ROMANA

Se ha insistido siempre que la cultura romana es, en líneas generales, una imitación de la griega. Los romanos constituyeron una sociedad elemental y agraria, no sintieron la necesidad de libros. Sus primeros textos escritos se refieren a temas como el Derecho y la Religión, llegando a mostrar un gran desinterés por la literatura.

La leve afición por las letras llegó a Roma a través de la influencia griega y a partir del siglo III a.C. Los militares romanos llevaron a Roma libros griegos como uno de los más preciados botines de guerra.

La verdadera producción literaria no comienza hasta el siglo I, cuando Roma ya es la ciudad populosa y rica que la Historia recuerda. A partir de entonces los romanos comenzaron a valorar las bibliotecas helenísticas. César intentó fundar una biblioteca pública similar a la de Alejandría pero no pudo culminar sus planes. En el año 39 a.C. Augusto fundó dos bibliotecas más en Roma y a partir de ahí la mayoría de emperadores comenzaron a fundar bibliotecas. La más importante fue sin duda la de Trajano, la Biblioteca Ulpia, fundada hacia el año 100 d.C.

La biblioteca romana contaba siempre con una sección latina y otra griega, ofreciendo la disponibilidad de préstamo domiciliario. Lo más frecuente, sin embargo, era leer y comentar los libros en el amplio pórtico. Hacia el siglo IV se constata la pérdida de interés por las bibliotecas: la mayoría cerró sus puertas antes de que el fin del Imperio fuera un hecho.

Creció también el interés por las bibliotecas privadas: el libro se convirtió, entre las personas adineradas, en una seña de identidad de la condición social. Llegó a ser de rigor que cada rico patricio poseyese una buena biblioteca personal, acondicionada en una lujosa instalación.

Algo importante en el panorama literario romano es la aparición de la censura editorial, normalmente dirigida contra libros de magia o adivinación, las obras culpables eran delito de lesa majestad (delito de orden público).

  • PRÁCTICAS DE LECTURA Y DESARROLLO EN LA INDUSTRIA DEL LIBRO

Durante algunos siglos, en Roma, la escritura y la lectura son prácticas privativas de sacerdotes y gentiles, además de estar estrechamente ligadas a la administración. A partir del siglo II a.C. y por influencia griega, entre las clases altas se extiende la lectura de libros de contenido literario, eso sí, de libros griegos. Estos libros se leían en la intimidad de confortables bibliotecas privadas y ya en época imperial se pone en relación con la educación y la aparición de la biblioteca pública.

La lectura siguió haciéndose, generalmente, en alta voz y para ciertos textos, como los poéticos, se realizaban performances.

El interés creciente por el libro provocó la aparición de un circuito comercial de la obra escrita en Roma. Este resulta similar al de Grecia. En ciertas zonas de la gran urbe se concentraban los artesanos y los libreros. El editor es al mismo tiempo librero y disponía de una tienda (taberna) donde vendía los libros editados por él mismo. La tienda servía además para celebrar tertulias en las que se hacían recitaciones de las novedades literarias. El librero-editor conseguía los ejemplares de la obra haciéndola editar por esclavos.

De una y otra causa, el origen griego de los copistas y la celeridad con la que trabajaban se deriva el hecho de que las copias presentaran a menudo una elevada cantidad de erratas, así apareció la figura del corrector.

El autor no gozaba de grandes beneficios en este circuito comercial. Una vez entregada la obra al editor perdía todo derecho sobre ella. El autor rico hacía que sus propios esclavos especialistas copiaran sus obras, aunque luego solía encargarle al librero la distribución de las mismas.

  • DEL ROLLO DE PAPIRO AL CÓDICE DE PERGAMINO

El soporte más antiguo empleado por los romanos fue la corteza de árbol y lo cierto es que usaron innumerables soportes como la piedra y el metal. Pero el material más común fue el papiro. A partir del siglo III a.C. se generaliza el papiro por influencia de la cultura griega y por las buenas relaciones con Egipto, aun así la demanda de papiro siempre fue superior a la producción egipcia.

Fue también muy común usar tabletas de madera enceradas, como en Grecia, que se escribían rayando con un estilo puntiagudo. Lo escrito podía borrarse con facilidad, por lo que fue el soporte más común en la enseñanza o como borrador. Solían trabajarse en políptico y era también el soporte preferido para las cartas.

Códice.

El códice de pergamino es una aportación romana y su progresiva implantación comenzó en el siglo II d.C. Para explicar la introducción del códice de pergamino se han aducido razones diversas como la escasez de papiro egipcio o su supuesta superioridad como formato. Fue utilizado para la transmisión de obras literarias y científicas. En el siglo VI d.C. parece haber desaparecido el papiro por completo, generalizándose el pergamino.

BIBLIOGRAFÍA

ESPEJO CALA, C. Historia de la comunicación escrita (de la prehistoria a la irrupción de la imprenta). 1ª Edición. Sevilla: Editorial MAD S.L., 1998. pp. 91-104.

Grecia y la extensión social de la escritura

  • LA TRANSICIÓN HACIA LA FONOGRAFÍA PLENA: LOS ALIFATOS SEMITAS

Un prejuicio historiográfico etnocentrista atribuye a los griegos la invención del alfabeto, el cual es el triunfo definitivo de la fonografía en la escritura. Pero los mismos griegos de época clásica denominaban a sus letras como fenicias y eran conscientes de que el ágil sistema de escritura del que disfrutaban era un préstamo de un pueblo vecino pero culturalmente muy distante.

La solución de adoptar como propia una escritura extraña puede ser un gesto de libertad histórica. En el II milenio a.C. la hegemonía de los grandes estados centralizados, como el mesopotámico, comienza a declinar y vemos aparecer en la historia de Occidente nuevos y pueblos así como nuevas mentalidades con una gran celeridad.

En la historia de la comunicación escrita resultan especialmente importantes los pueblos semitas, los cuales desarrollaron una importante línea comercial a través de barcos que surcaban el Mediterráneo y caravanas de camellos que cruzaban desiertos. En el Mediterráneo estaban los fenicios, los arameos en Siria y Mesopotamia, y los hebreos en Palestina.

No solo se desarrollaron grandes rutas marítimas sino que comenzó a tejerse una importante red de caminos terrestres, buscando la menor distancia entre dos puntos aun a costa de tener que construir puentes o hacer desmontes: la rapidez se había convertido ya en la aspiración central de cualquier sistema de comunicación.

Mapa del entramado comercial de la Grecia clásica que aparece en el libro El periódico de Grecia, de Powell y Steele.

El desarrollo comercial se impulsó al adoptar técnicas para la anotación por escrito de la contabilidad y la administración. Pudieron continuar la investigación de los sistemas de escritora a partir de la representación fonográfica con el alifato, el cual consiste en la notación de consonantes. La ausencia de vocales impide que pueda hablarse de representación fonográfica completa. Esto supuso un salto técnico cuantitativo y cualitativo, se pusieron las bases para el nuevo sistema de escritora y lograron introducir aires nuevos en la mentalidad antigua. Parece probable que los ensayos de escritura alfabética se produjeran fuera de los centros oficiales y que, cuando llegaron a cuajar, se mantuviera durante varios siglos en una situación marginal.

No sabemos exactamente cuáles fueron el momento y el lugar en que el alifato se puso en marcha aunque parece confirmarse que hubo un sinfín de intentos que intentaban reducir el sistema jeroglífico egipcio a su expresión más económica. Ejemplo de esto son las inscripciones protosinaíticas, pseudojeroglíficas de Biblos y las protofenicias de Ugarit.  Las protosinaíticas son un grupo de graffitis grabados en la entrada y galerías de una mina y en las estatuas de un templo, sus autores fueron mineros semitas.

Desde estos primeros intentos de escritura protosemítica se desarrollaron dos modalidades distintas:

  1. El alifato del Sur: de poca importancia histórica.
  2. El alifato del Norte: que se subdividió en el alifato fenicio y el alifato arameo. El arameo se empleó a lo largo del II milenio y los primeros siglo del I tan sólo entre los propios arameos pero a partir del siglo VII a.C. se convierte en escritura común de todo el Oriente Próximo, desplazando al cuneiforme. El fenicio es el más importante en la evolución de la escritura occidental. Se data de la primera mitad el II milenio a.C. y se mantuvo hasta el comienzo de nuestra era, extendiéndose por el Mediterráneo y dando lugar a el alifato hebreo y el alfabeto griego.
    Los restos más antiguos están fechados en torno al siglo XI a.C. y se trata de varias inscripciones a modo de graffiti.
  • CONSOLIDACIÓN DE LA FONOGRAFÍA PLENA: EL ALFABETO GRIEGO

Entre los helenos se consolida la técnica de escritura más importante de la historia: la técnica alfabética. No hay suficientes restos arqueológicos como para precisar el lugar en el que se produjo la adaptación definitiva pero algunos expertos la sitúan en las ciudades jónicas o en las islas meridionales, lugares en los que el comercio era floreciente y había contacto con otros pueblos. La fecha más verosímil apunto a los años finales del siglo IX a.C. aunque su difusión debió ser lenta ya que las primeras inscripciones conservadas son de los siglos VIII y VII a.C. En el año 403 a.C. se aprobó una ley que hacía obligatorio el uso del alfabeto jonio en los documentos oficiales, el cual sustituiría al resto de variantes locales de Grecia.

El alfabeto no tiene nada en común con las escrituras Lineal A y B de Creta y Micenas. Deriva del alifato fenicio, los griegos asimilaron sus principios pero de forma imperfecta. Por una mezcla de malentendidos y adaptaciones, los griegos acabaron usando las letras fenicias correspondientes a fonemas semíticos inexistentes en griego. Las únicas dificultades del sistema griego eran la no separación de las palabras entre sí y la poca legibilidad de la letra, la cual era únicamente mayúscula. Además, escribían en cualquier dirección hasta que en el siglo V a.C. la dirección de izquierda a derecha quedó fijada como la única admisible.

Autores como Havelock creen que los griegos proporcionaron a nuestra especie, por primera vez, una representación visual del ruido lingüístico. Otros autores declinan esta idea ya que piensan que es nace a partir de los fonemas de las lenguas semitas.

El alfabeto griego siguió utilizándose masivamente hasta el Renacimiento y se utiliza hoy en el pequeño territorio de Grecia, levemente simplificado.

  • LA COMUNICACIÓN ESCRITA EN LA POLIS DEMOCRÁTICA

Algunos autores han relacionado el éxito de la comunicación escrita en Grecia con el nuevo modelo político-cultural que se dio allí. Se dio un nuevo concepto de estado y sociedad: la polis, y un nuevo funcionamiento político: la democracia. De la figura del rey micénico se pasa, con pasos intermedios, a la del magistrado, promovido por el propio pueblo y que debe proteger los intereses colectivos. Ya se elimina el edificio del palacio y la ciudad se erige en torno a una ciudadela que sirve también de foro para debates públicos, ceremonias, mercado y sede del tribunal de justicia.

La polis es la consolidación del modelo de sociedad urbana iniciada en Mesopotamia anteriormente. Se elimina el trueque y aparece un nuevo valor de cambio abstracto: la moneda. Estudiosos asegurar que el desarrollo de la moneda está ligado al del alfabeto y viceversa. Así pues, la sociedad urbana grecorromana se asiente en tres bases fundamentales:

  1. La racionalización.
  2. Las relaciones monetarias.
  3. La cultura escrita.

Por otra parte, la moneda se ha considerado como una de las primeras muestras de propaganda consciente y organizada por parte del Estado. En estos tiempos de activo intercambio comercial entre pueblos, los símbolos que se transmiten en las monedas son recordatorios de la hegemonía de cierta ciudad.

El alfabeto es un elemento más de la polis griega, connatural a la democracia y a la moneda. La comunicación oral siguió siendo importante en el ámbito de la ciudad gracias al discurso y a la igualdad de los ciudadanos, los cuales podían hablar de los temas comunes. El principal vehículo para la educación política y moral fue el teatro, de hecho Pericles estableció una ayuda económica de un dracma (equivalente al jornal de tres días) para aquellos ciudadanos que no pudiesen acudir al teatro por motivos económicos.

Pero esta inusitada libertad para la expresión oral en público tuvo muy pronto una contrapartida en la regulación de esos mismos derechos por las leyes. La Constitución de Solón, por ejemplo, prohibía la difamación o la impiedad, algo que afectó a muchos pensadores como Sócrates.

Recreación idealizada de la Acrópolis de Atenas por Leo von Klenze (1846).

En el siglo V a.C. un porcentaje relativamente alto de griegos ya sabía leer y escribir. Tras la derrota de los persas por Atenas en la batalla de Maratón (490 a.C.), Atenas se convierte en la capital cultural del mundo a la que acuden pensadores y escritores. Florecieron las escuelas gracias también a que el alfabeto griego era asequible en poco tiempo y con poco esfuerzo.

Los ciudadanos, comerciantes y trabajadores libres utilizaban la escritura, ante todo, para múltiples asuntos administrativos o en sus tareas cotidianas y laborales, pero también para tener constancia de las decisiones políticas, las cuales se hacían públicas por escrito, y que debían estar en lugar de accesibilidad general. Esto es debido a que la democracia exige una comunicación continua y rápida, lo cual generó a su vez el surgimiento de una opinión pública crítica y distinta a la oficial.

Además de su función de difusión, el documento escrito conserva el texto, lo fija, lo que lo hace más resistente a la manipulación. En Grecia se escribirá, a partir de ahora, la nomos (Ley), lo cual le confiere al discurso jurídico una fijeza y universalidad imposibles en la tradición oral. Todos los documentos oficiales serán ya, desde entonces, y hasta nuestros días, textos escritos.

Aun así en el siglo V a.C. seguía existiendo una fractura entre la oralidad y la escritura, y la escritura se uso menos que la oralidad. La educación misma se confía al oído y la memoria, no al libro leído pero, poco a poco, el libro se irá imponiendo hasta el siglo IV a.C.

  • COMUNICACIÓN ESCRITA Y REVOLUCIÓN CULTURAL EN LA GRECIA CLÁSICA

La novedad más llamativa de la comunicación escrita en Grecia es el espectacular desarrollo de la escritura literaria y científica a partir de los siglos V y IV a.C., la generalización de esto es causa y efecto del desarrollo de antiguos géneros literario como el teatro y la aparición de otros que utilizan ya una prosa sencilla, con una pretensión más informativa que estética. Estos escritos irían dirigidos a lectores individuales y destacan autores como Heródoto, Tucídides o Jenofonte, los cuales actuaron como historiadores o “corresponsales”.

A lo largo del siglo V a.C. se escribieron varios miles de obras dramáticas, sobre todo tragedias o los tratados de los sofistas. Además apareció el concepto de autoría así como la lectura individual. Todo esto contará, en un inicio, con el rechazo de algunos filósofos como Sócrates que aseguraba que la escritura hacía que se debilitase la memoria de los hombres y formase falsos sabios que aprendían el conocimiento mediante los libros.

Recreación idealizada de la Biblioteca de Alejandría.

Se comenzaron a desarrollar bibliotecas, pero en un inicio eran privadas de un autor o una institución. Destaca la Biblioteca de Alejandría, la cual llegó a superar los 700.000 volúmenes y fue destruida en el 391 d.C. Menos conocida pero también muy importante es la de Pérgamo.

Apareció también la carta o epístola, es decir, la escritura de uso privado. Fue un fenómeno muy extendido como procedimiento retórico o literario pero también como comunicación privada entre ciudadanos. En un inicio se escribía en una tablilla pero con el tiempo comenzará a usarse el papiro. En la parte externa, como hoy día, figuraba la dirección del destinatario y el sello del remitente.

A pesar de todo esto, hay autores que dudan de la eficacia del libro griego ya que aseguran que la consolidación del alfabeto no fue suficiente para dotar a la escritura de la flexibilidad necesaria como para ser idónea transmisora de las ideas.

  • PRÁCTICAS DE LECTURA Y COMERCIO DEL LIBRO EN GRECIA. EL ESCRIBA ESCLAVO.

Respecto a las prácticas de lectura, a finales del siglo V a.C. parece concretarse la línea de demarcación entre un libro destinado exclusivamente a la conservación de los textos y un libro destinado a la lectura, la cual iría convirtiéndose poco a poco en una práctica social.

Pero el triunfo del libro no llega hasta época helenística, es en esta época en la que el afán filológico de los eruditos fija definitivamente el corpus de la literatura griega con olvido de la condición de discursos orales con la que habían surgido la mayor parte de estas grandes obras. En este período existe un claro incremento de las prácticas de lectura y comienza a vislumbrarse la figura del lector aislado.

No ha quedado noticia que permita suponer que existiese comercio de libros desde el principio: los ciudadanos cultos se hacían copiar y leer las obras por los esclavos, especializados en técnicas de escritura y lectura.

Se documenta, además, la existencia de un incipiente comercio del libro, apareciendo la figura del libro y la librería, el cual cumplía también las funciones de editor. Los copistas se llamaban bibliographoi y los especialistas, kalligraphoi, dibujaban y adornaban las letras capitales. El librero vendía el producto final y las copias eran obras de esclavos especializados o asalariados de bajo nivel económico.

  • DIVERSIFICACIÓN DE LOS SOPORTES Y FORMATOS

En Grecia los soportes y formatos se diversifican, usándose en función del tipo de documento que debe transmitirse. Los soportes fundamentales fueron la piedra y el bronce, para las inscripciones solemnes o monumentales, y para otros usos más comunes las tabletas de arcilla/madera encerada, el papiro e incluso el pergamino. Aun así, las preferencias se dirigieron siempre hacia el papiro.

Las tabletas de barro se usaron en documentos de carácter efímero, su empleo más famoso son las ostraca, en las que se escribía el nombre de la persona no grata. Cuando se habían reunido mil ostracas con un nombre, el ciudadano era desterrado, de ahí el término ostracismo.

Las tablas de madera cubiertas de cera permitían borrar los caracteres erróneos, fue el soporte utilizado mayoritariamente para trabajos escolares y borradores.

El primer soporte utilizado en Grecia para los textos largos fue la piel y no el papiro.

El más exitoso, sin lugar a dudas, fue el papiro el cual procedía de Egipto.

De época histórica griega son también los primeros datos que hablan de la utilización creciente del pergamino, el cual estaba confeccionado a partir de la piel de los animales. Su uso está documentado ya en el II milenio a.C. aunque hasta el siglo I d.C. no comienza a extenderse su uso. Su empleo fue minoritario.

Tanto el papiro como el pergamino se escribían con el cálamo. El formato habitual para las tabletas de arcilla era el políptico. El papiro y el pergamino se trataban formato de rollo pero las dimensiones eran inferiores a las de los egipcios, de unos siete metros.

BIBLIOGRAFÍA

ESPEJO CALA, C. Historia de la comunicación escrita (de la prehistoria a la irrupción de la imprenta). 1ª Edición. Sevilla: Editorial MAD S.L., 1998. pp. 65-85.

Origen y consagración de la escritura en los imperios orientales de la Antigüedad

  • LA INVENCIÓN DE LA ESCRITURA EN MESOPOTAMIA

Los primeros documentos propiamente escritos aparecen en Mesopotamia en torno al milenio IV a.C. en ellos se demuestra la evolución desde las técnicas gráficas precedentes hasta el hallazgo de una escritura esquemática y codificada. La Historia Clásica ha atribuido a Mesopotamia el descubrimiento de la escritura.

Este territorio estuvo sujeto, durante su historia, a presiones internas y externas por lo que no hubo nunca una hegemonía racial o política duradera. El pueblo al que se le atribuye la creación de la escritura es el sumerio, de origen desconocido pero, desde luego, no semita, y que consiguieron una posición dominante en el sur hacia el V milenio a.C., cuando su poder se desvaneció su lengua siguió siendo hablada como lengua de cultura. Esta escritura es recogida por los acadios, después por los babilonios y por último por los asirios.

En torno al IV milenio a.C., en este territorio el hombre se había visto forzado a consolidar una técnica eficaz para la plasmación gráfica de los mensajes. Tras constituirse como sociedades sedentarias aumenta y se concentra la población por lo que surge la necesidad de producir gran cantidad de bienes básicos, al existir excedentes tuvieron complicada la tarea de organizarlos y comenzaron a llevar un control o registro que era sumamente útil a la hora de comerciar.

Tokens y bullae del 5.500 a.C. aproximadamente.

Estas primeras técnicas para la notación mnemotécnica se llevaron a cabo en una serie de piezas muy similares: esferillas, cilindros, discos… que son conocidas con el nombre de “abnu” o “tokens”. Parece que durante una época la necesidad de comunicarse estuvo resuelta pues no hubo apenas innovación, pero en el IV milenio a.C. estas figurillas o “tokens” aparecieron encerrados en bolas de arcilla huecas (bullae) y con sellos de propiedad mesopotámicos, en algunos casos con indicaciones sobre el número de objetos contenidos.  Este es el punto de partida de la evolución de las técnicas de comunicación gráfica, estos sobres estaban destinados al comercio y tenían mensajes rudimentarios inscritos en su exterior para que no fuese necesario tener que romper los sobres para conocer su contenido. Poco a poco estos sobres comenzaron a evolucionar también y dejaron de transportar en su interior los “tokens” y se empezó a comerciar únicamente con tablillas escritas.

  • PRIMERA FUNCIÓN DE LA ESCRITURA: LA ADMINISTRACIÓN.

Con esta invención de la tablilla de arcilla llegamos a las primeras pruebas ciertas de escritura, los datos más antiguos son un conjunto de unos 1500 textos de Uruk, Kis, Nipur y otras localidades. Aunque están diseminados en una región muy amplia, los símbolos gráficos de las tablillas son similares en todos los lugares por lo que podemos hablar de una estandarización de las grafías comerciales. La progresiva complicación de estos códigos generó la escritura.

La tabla V del Poema de Gilgamés en el Museo Británico de Londres (Reino Unido).

El 95% de las tablillas mesopotámicas corresponden a inventarios, hipotecas, recibos, pagarés… y un pequeño grupo solo por cartas, privadas u oficiales. Con el tiempo la escritura empezó a ser útil para otras funciones y así encontramos un amplio grupo de tablillas con mensajes votivos a los dioses o inscripciones en los monumentos estatales.  Muy pocos documentos son de carácter literario y los más antiguos son del 2700-2600 a.C. Destaca el Poema de Gilgamés de la biblioteca de Asurbanipal, que narra las hazañas de este rey a lo largo de doce tabletas, realizando una descripción de los infiernos y del Diluvio Universal.

Detalle de la escritura cuneiforme del Código de Hammurabi en el Museo del Louvre (París, Francia).

Se encuentran también tablillas dedicadas a temas médicos o astrológicos, a medio camino entre la ciencia y la magia lo cual nos indica que la escritura es una catalizadora de la mentalidad científica en Mesopotamia. A comienzos del siglo XX se encontró el documento más importante de Mesopotamia: el Código de Hammurabi del siglo XVII a.C., el cual está grabado en una estela de diorita negra y consta de unos trescientos artículos en los que se regulan los derechos y deberes de los súbditos, tanto en el terreno moral como comercial.

Pero la mayoría de escritos mesopotámicos no pasan de ser relaciones de datos sin articulación sintáctica entre sí. Hipólito Escolar resume las características de los documentos mesopotámicos así:

  1. Brevedad. La mayoría equivalen tan sólo a una hoja escrita de nuestros días.
  2. Escasa circulación. No hay indicio de comercio o distribución de los escritos.
  3. Anonimia.
  4. Práctica indefinición de géneros literarios, ensayísticos o científicos.
  5. Posición ancilar del libro escrito. Los documentos más importantes se conservan en copias muy tardías.
  6. Primacía de los valores sociales sobre los literarios.
  • LA COMUNICACIÓN ESCRITA COMO SOPORTE IDEOLÓGICO DEL ESTADO

Aunque estos documentos serán minoritarios, la escritura irá superando su condición original de herramienta para la administración o la contabilidad y se convertirá en un atributo de poder religioso o civil.

La primacía, en el caso egipcio, de esta función ideológica parece rodear la aparición de los primeros restos escritos en la zona. La escritura jeroglífica tiene sus primeras manifestaciones en una plancha del rey Narmer alrededor del 3500 a.C. y presenta ya un alto grado de elaboración y estilización. La escritura comienza a desarrollarse rápidamente durante la primera dinastía (3100 a.C.) y aparecen breves frases juntos a los nombres propios. En la tercera dinastía (2700 a.C.) se comienza a poner por escrito textos extensos y en la IV dinastía comienza a aparecer las largas biografías de los monarcas en las paredes de los monumentos funerarios. El sistema de escritura egipcio pervivió durante las dominaciones asiria y persa, durante el reino helenístico de los Ptolomeos y durante el paganismo romano. Pero fue dejando de tener sentido a medida que se desarrollaba el Cristianismo, al final del Imperio Romano no quedaba ninguna persona que supiera expresarse o entender la escritura egipcia.

La Piedra de Rosetta en el Museo Británico (Londres, Reino Unido).

La recuperación de esta civilización por parte de Occidente no se produce hasta finales del siglo XVIII y principios del XIX, cuando aparecerá la Piedra de Rosetta, la cual permitió el definitivo desciframiento de la escritura egipcia ya que estaba escrito en dos lenguas y tres escrituras (jeroglífica, demótica y griega).

Como en Mesopotamia, en Egipto la escritura estuvo en un principio relacionada con la administración pública y estaba en manos de especialistas. El escriba gozaba de un elevado rango social y se dividía en escriba religioso y escriba funcionario. El faraón muchas veces no sabía escribir por lo que se le encargaba gran parte del trabajo al escriba consciente de la importancia que tiene el control de la información.

El escriba sentado en el Museo del Louvre (París, Francia), un ejemplo de funcionario especialista en escritura.

Los documentos más antiguos son justamente notaciones de eventos relacionados con la monarquía o la administración. Son textos breves, apenas enumeraciones de datos que demuestran el valor auxiliar de la escritura en estos tiempos. En el año 2400 a.C. ya funcionaba en Egipto un servicio de Correos cuyo objetivo era hacer llegar a todos los administradores del reino las decisiones del faraón.

Se conservan más documentos escritos mesopotámicos que egipcios, pero los egipcios son más ricos y variados, además de que se conserva una extensa literatura egipcia de carácter funeral cuyo máximo exponente es el Libro de los Muertos, libros que se colocaban junto a las momias y que contenían enseñanzas sobre la conservación de momias, ritos funerales y escritos sobre el Más Allá.

Un género muy característico era el sapiencial o de educación moral en los que un padre daba consejos a su hijo para su triunfo en la vida. Un ejemplo son las famosas Instrucciones a Merikaré. Estas obras gozaron de una gran popularidad durante siglos y fueron utilizadas como libros de lectura, dictado y formación en las escuelas de escribas.

La literatura narrativa fue también cultivada por los egipcios y sentían por ella gran predilección, destaca su carácter anónimo. También se conservan numerosos textos poéticos egipcios tanto religiosos como funerales, épicos y líricos.

Pero a pesar de relativo adelanto respecto a Mesopotamia, los escritos egipcios comparten las mismas características generales: brevedad, anonimia, tráfico cultural inexistente… su principal novedad fue la proliferación del mensaje escrito en colaboración estrecha con otras expresiones del poder político: esculturas y monumentos, que estaban profusamente decorados con escritura y surtían un efecto propagandístico.

Los jeroglíficos se usaban exclusivamente para las inscripciones de los monumentos regios, religiosos o funerarios sobre piedra y tenían para los egipcios un poder mágico.

  • EL ESCRIBA-SACERDOTE Y EL ESCRIBA-ADMINISTRADOR

Las escrituras mesopotámica y egipcia estaban estrechamente ligadas al templo y fueron los sacerdotes quienes la desarrollaron, los cuales eran también árbitros en la economía y política mesopotámicas. Todo lo que se escribió o leyó en esas tierras en el curso de su larguísima historia pasó obligatoriamente por ellos: letrados, escribas, copistas, grabadores… ya que existía un analfabetismo generalizado. Algunos autores piensan que pudo llegar a haber una ocultación deliberada de las técnicas de escritura por parte de los sacerdotes para mantener bajo su exclusivo control un herramienta tal útil. Los motivos de esta ocultación pueden ser religiosos o sociales.

En el templo mesopotámico se estableció una escuela, La Casa de las Tablillas, en la que se aprendía a escribir como elemento básico de la formación pero acudían sólo los hijos de nobles familias que recibían una intensa preparación encaminada a su futuro desempeño como escribas del templo o en un sinfín de posibles ocupaciones que fueron surgiendo con el tiempo: la política, la administración, la escuela, la investigación…

El protagonismo político del escriba fue tal que algunos autores afirman que incluso llegó a gobernar por encima de los faraones los cuales tuvieron en muy alta estima su profesión, como se recoge en la Sátira de los Oficios.

  • ESTRUCTURA INTERNA DE LA ESCRITURA MESOPOTÁMICA Y EGIPCIA: LAS TÉCNICAS LOGOSILÁBICA Y LOGOCONSONÁNTICA

Mesopotamia.

La escritura mesopotámica fue una combinación de técnicas semasiográfica y fonográfica. Constaba al principio de una gran cantidad de signos, unos 2000, pero fue evolucionando hacia la simplicidad y la abstracción con notable celeridad por lo que se fueron reduciendo progresivamente el número de los signos.

La estructura interna de la escritura descansaba en tres elementos básicos: pictogramas, fonogramas y determinativos. Los pictogramas pudieron ser suficientes en un primer estadio histórico pero la mayoría de los estudiosos señalan su inviabilidad. El hallazgo del principio de la fonografía resulta imprescindible para explicar el éxito histórico de la escritura sumeria. Se usaron determinados pictogramas articulados mediante una sola sílaba como notación de otro que se pronunciaba igual, esto es el principio de rebus, el cual consiste en la utilización del pictograma por su equivalencia fónica y no semántica. Esta ingeniosa mezcla de pictogramas y fonogramas silábicos recibe el nombre de técnica logosilábica y se dio también en otras civilizaciones como la china o la maya.

El pictograma siguió empleándose siempre con preferencia al fonograma y el resultado fue genéricamente eficaz. Los problemas surgieron cuando los pueblos semitas del Norte se fueron asentando sucesivamente y se apoderaron de las características más dominantes de la cultura sumeria, entre ellas la escritura y la lengua. El sumerio terminó por dejar de ser lengua hablada para pasar a ser lengua de cultura aunque la escritura conservó su prestigio.

Egipto.

La escritura egipcia reproduce la mezcla de la semasiografía y la fonografía pero en este caso debe hablarse de una escritura logoconsonántica pues las unidades de sonido que representan no son ya sílabas sino consonantes.

La estructura de la lengua egipcia era muy diferente a la sumeria y para funcionar, en la práctica, necesitaba de tres tipos de componentes:

Pictogramas o logogramas que respentaban directamente objetos o ideas asociadas a éstos. Es el aspecto más evidente y llamativo de la escritura egipcia. Entre ellos aparecen útiles de trabajo, especies animales y vegetales, armas, objetos emblemáticos de la autoridad, edificios, hombres y mujeres… en ellos se puede llegar a estudiar la psicología de este pueblo.

Había otro tipo de signos, una palabra podía estar representada por el dibujo de otra palabra que contiene las mismas consonantes que ella, a esto se le llama acrofonía.

Utilizaron los determinativos semánticos para eliminar ambigüedades producidas por ambos tipos de unidades y se añadía un logograma.

  • LA TABLETA DE ARCILLA Y EL ROLLO DE PAPIRO

Mesopotamia.

El rasgo distintivo de la escritura mesopotámica, desde el punto de vista material, proviene de su soporte para la escritura: el barro. El pictograma se realizaba con un estilete terminado en punta pero después se le añadió uno terminado en una sección triangular y de ahí recibió el nombre de cuneiforme. A partir de la segunda mitad del III milenio a.C. la escritura pasa a hacerse en líneas horizontales de izquierda a derecha en vez de verticales.

El texto se escribía en tabletas, generalmente pequeñas, de líneas muy apretadas por la primera cara de la tableta y se seguía por el reverso, en el cual figuraba un colofón en el que se indicaba el título de la obra y algunos datos relativos al dueño o el copista de la tablilla, nunca del autor. Muchas de estas tablillas estaban dirigidas a ser documentos administrativos y ni siquiera estaban cocidas para asegurar su conservación, ha sido el fuego fortuito en muchos casos lo que las ha traído hasta nuestros días.

Egipto.

Los egipcios utilizaron dos soportes para la escritura: la piedra o la pared y el rollo de papiro. Sobre la pared escribían en columnas verticales u horizontales y en las dos direcciones, el sentido de la escritura lo marcaban las caras de los hombres y animales.

De origen vegetal es el papiro, el primero de los soportes de importancia histórica, directamente inventado por los egipcios. Papiro es el nombre de una planta que crecía en abundancia en África y Asia Menor, especialmente a orillas del Nilo. Fue el material escriptóreo primitivo más empleado en el espacio y el tiempo: desde el III milenio a.C. hasta el siglo XIV, sufriendo la competencia del pergamino al final de su vida.

El formato habitual con el que se trabajó el papiro fue el rollo do volumen, en el que el soporte se disponía enrollado en torno a una varilla cilíndrica de madera o metal. La longitud media de estos rollos era entre seis y diez metros, aunque podía alcanzar los cuarenta. Estaba dividido en páginas escritas a lo ancho del volumen formadas a su vez por columnas y por una sola cara debido a la incomodidad del formato. Dada su escasez y carestía una vez que el texto perdía interés se borraba la tinta para escribir de nuevo o se utilizaba la otra cara.

El escriba trabajaba sentado con las piernas cruzadas y escribía con la mano derecha, sin ningún tipo de apoyo. Es el primer soporte de la historia de carácter blando y provocó una revolución en el trazado de la escritura egipcia que está en el origen del definitivo éxito de la escritura abstracta y esquemática de Occidente.

BIBLIOGRAFÍA

ESPEJO CALA, C. Historia de la comunicación escrita (de la prehistoria a la irrupción de la imprenta). 1ª Edición. Sevilla: Editorial MAD S.L., 1998. pp. 39-56.

Técnicas precedentes de la escritura

  • TÉCNICAS NO GRÁFICAS DE COMUNICACIÓN

Hasta hace muy poco, el término escritura se reservaba únicamente a los sistemas que transcriben gráficamente una lengua mediante técnicas total o parcialmente alfabéticas. El resto de sistemas de comunicación gráfica eran considerados como tentativas fallidas o incluso fenómenos ajenos a la comunicación. Dentro de esta visión subyace el prejuicio de considerar como óptimo el sistema alfabético a pesar de que es un sistema que surge relativamente tarde en la Historia de las escrituras y nace como adaptación y perfeccionamiento de sistemas anteriores no alfabéticos. Nuestro sistema se extendió rápidamente gracias a su eficiencia.

A partir de 1960, con el desarrollo de la Antropología, los especialistas se ven obligados  a replantearse su estudio y a tener en cuenta la diversidad de sistemas gráficos dentro de su propio contexto social e histórico. Esta nueva corriente otorgará el concepto de escritura a todos los procedimientos gráficos en los que los fines comunicativos sean primordiales.

Es cierto que el ser humano ha mostrado especial preferencia por conservar sus mensajes mediante una serie de grafías a pesar de que existiesen multitud de técnicas no gráficas para la transmisión de mensajes. Centrándonos en estas últimas aparece el concepto de “escritura-objeto”, las cuales se han empleado en multitud de culturas de áreas geográficas distintas. Por ejemplo los quipus de los incas, que son un conjunto de cuerdas de distintos colores y grosores anudadas según un código, el wampum de los indios iroqueses con sus cinturones con conchas y vidrio, o el lenguaje de las flores. Pero todos estos sistemas ven limitadas su aplicación aparte de las dificultades que supone su manejo y almacenamiento.

  • PINTURA-ESCRITURA

A pesar de la validez de otros sistemas, la técnica destinada a extenderse sobre todas las demás es la técnica gráfica, la cual emplea marcas diversas sobre superficies variadas, siempre basadas en la producción táctil y la recepción visual. De hecho, en casi todas las lenguas la palabra escribir deriva de la palabra grabar. Para muchos investigadores, las pinturas paleolíticas son ya ejemplos de escritura, las primeras están fechadas en torno al 30.000 a.C. y todas tienen siempre una temática muy parecida con una elaboración esquemática (el realismo pictórico no aparece hasta el 28.000 a.C.).

Respecto a los significados de las pinturas paleolíticas hay que desestimar la finalidad artística debido a que la mayoría están localizadas en cuevas con poca iluminación. También hay que rechazar la finalidad ornamental. Suele concluirse que estas pinturas se realizaron con una función mágica.

Leroi-Gourhan, para referirse a las representaciones del período paleolítico, introduce una serie de conceptos para clasificar las pinturas:

Mitograma: son elementos gráficos agrupados sin seguir una línea, que prevén una vinculación aportada por el observador. No hay un hilo conductor visible y para desplegar todo su significado es necesario el uso de la palabra por lo que su contenido preciso se pierde cuando muere la tradición oral.

Combate entre arqueros. Cueva de Roure en Morella (Castellón, España).

Pictograma: son una serie de figuras animadas que dan consistencia a un relato y están en disposición lineal. Ofrecen escenas esquematizadas de la vida ordinaria y están situados en lugares accesibles por lo que es evidente una funcionalidad narrativa o informativa. Aunque es difícil determinar dónde acaba la intención mágica y dónde comienza la intención informativa. Hay autores que no dudan en otorgarles valor de escritura social con el fin de asegurar el buen funcionamiento del incipiente orden social.

  • TÉCNICAS SEMASIOGRÁFICAS

El término y el concepto lo introduce Ignace Gelb, estas técnicas son más conocidas como pictográficas o ideográficas y se definen por el hecho de que en todas ellas el procedimiento técnico consiste en contar una idea mediante dibujos. Una vez que el ser humano practicó durante milenios la comunicación gráfica mediante pinturas, empezó a construir códigos en los que asociaba mensajes más o menos concretos.

Ignace Gelb distingue dos tipos de recursos semasiográficos:

Los que se basan simplemente en la representación de la idea mediante objetos descritos con más o menos lujo de detalles.

Los que utilizan por contra un principio simbólico mediante grafías que están asociadas.

Pero los autores contemporáneos dudan de que haya existido alguna vez, en alguna cultura, una escritura completamente semasiográfica. Jesús Mosterín difiere de Gelb ya que piensa que hubo un momento remoto en la escritura en la que los grafemas representaban directamente ideas y Gelb afirma que esto no ha existido jamás.

Carta de Tortuga-que-sigue-a-su-esposa, un indio cheyenne, a su hijo Hombrecito (Washington, EEUU).

Durante siglos se pensó que tanto la escritura jeroglífica egipcia como la escritura china eran de carácter puramente semasiográfico pero gracias a expertos como Yuri Knorozov o Mosterín se han desechado estas ideas.

BIBLIOGRAFÍA

ESPEJO CALA, C. Historia de la comunicación escrita (de la prehistoria a la irrupción de la imprenta). 1ª Edición. Sevilla: Editorial MAD S.L., 1998. pp. 29-37.

Escritura e Historia

La escritura está presente en la vida del hombre desde hace, al menos, 30.000 años y ha sido la protagonista de su historia a lo largo de los últimos 7000 años. Desde su nacimiento, en toda época, ocupó la reflexión de los más sabios llegando, en el siglo XVII, a inaugurarse la primera ciencia aplicada exclusivamente a su estudio: la Paleografía.

Pero hasta finales del siglo XX no se percibe un interés científico a la hora de realizar un análisis global del fenómeno de la escritura a pesar de que la escritura es uno de los medios de comunicación entre los hombres, siendo hasta el presente el más utilizado.

La Paleografía, en su primer estadio, ayudaba a la Diplomática en la lectura de los documentos escritos y su estatuto científico era auxiliar con respecto a la Historia. A partir de 1940 se reclama una revisión de este estatuto y la Paleografía deja de considerarse una disciplina auxiliar. Poco a poco, los límites de la Paleografía se amplían hasta hacer que su estudio comprenda las escrituras en general, sobre cualquier soporte y época gracias a la Nueva Escuela Francesa. En los años 40 sobresale también la Nueva Escuela Italiana, la cual trabajó fundamentalmente en la consolidación científica de la disciplina.

En nuestros días se acomete una nueva revisión de los límites de la Paleografía y se comienza a considerar a la escritura como un medio de comunicación en sí mismo y no como una técnica para la comunicación. Aparece en esta época la corriente Historia del Alfabetismo que insistirá en la importancia del fenómeno gráfico y de las relaciones entre la sociedad y las expresiones escritas.

Núñez Contreras ha sintetizado en tres fases la sucesiva ampliación del horizonte científico realizado por la disciplina en el último siglo: de la “Paleografía de la lectura” a la “Paleografía crítico-analítica” y de ahí a la “Paleografía como historia de la escritura”. El Paleógrafo, desde el siglo XVIII, tuvo como tarea leer, identificar, autentificar y clasificar las escrituras según dónde y cuándo fueron hechas. Así, la Paleografía llega rápidamente a la Historia del Libro, la cual está indudablemente ligada a Annales, fundada por Lucien Febvre y Marc Bloch. Muchos autores de esta escuela aplicaron al objeto de estudio métodos cuantitativos de investigación llamándosele a esto microanalítica. Últimamente, sin embargo, la Historia del Libro ha ido progresivamente convirtiéndose en Historia de la Lectura.

  • COMUNICACIÓN ORAL / COMUNICACIÓN ESCRITA

La historiografía clásica clasificaba a los pueblos en dos grupos según su conocimiento o desconocimiento de la escritura: los que habían entrado en la Historia y los todavía estaban en la Prehistoria. Muchos autores han difundido la idea de que la escritura es una condición para la conciencia racional. Otros, como Lévi-Strauss, padre de la Antropología, afirmaron que la adquisición de la escritura se relaciona con la pérdida de la inocencia primitiva y el sometimiento a una lógica castradora ya que pierden el pensamiento salvaje de raíz.

Claude Lévi-Strauss.

Autores como Jack Goody afirman que los pueblos primitivos se diferencian de los civilizados tan sólo en el hecho de no poseer un sistema de escritura. No tener escritura obstaculiza la acumulación del pensamiento y el saber por lo que se impide que se den disciplinas como la Filosofía o la Ciencia, evitando así el progreso del pueblo en cuestión.

A pesar de las diversas teorías de los autores se puede afirmar que no existen pueblos sin escritura, al menos estrictamente hablando, ya que las marcas gráficas dejadas por el hombre desde su aparición fueron con intención comunicativa, presumiblemente.

BIBLIOGRAFÍA

ESPEJO CALA, C. Historia de la comunicación escrita (de la prehistoria a la irrupción de la imprenta). 1ª Edición. Sevilla: Editorial MAD S.L., 1998. pp. 13-22.