Técnicas precedentes de la escritura

  • TÉCNICAS NO GRÁFICAS DE COMUNICACIÓN

Hasta hace muy poco, el término escritura se reservaba únicamente a los sistemas que transcriben gráficamente una lengua mediante técnicas total o parcialmente alfabéticas. El resto de sistemas de comunicación gráfica eran considerados como tentativas fallidas o incluso fenómenos ajenos a la comunicación. Dentro de esta visión subyace el prejuicio de considerar como óptimo el sistema alfabético a pesar de que es un sistema que surge relativamente tarde en la Historia de las escrituras y nace como adaptación y perfeccionamiento de sistemas anteriores no alfabéticos. Nuestro sistema se extendió rápidamente gracias a su eficiencia.

A partir de 1960, con el desarrollo de la Antropología, los especialistas se ven obligados  a replantearse su estudio y a tener en cuenta la diversidad de sistemas gráficos dentro de su propio contexto social e histórico. Esta nueva corriente otorgará el concepto de escritura a todos los procedimientos gráficos en los que los fines comunicativos sean primordiales.

Es cierto que el ser humano ha mostrado especial preferencia por conservar sus mensajes mediante una serie de grafías a pesar de que existiesen multitud de técnicas no gráficas para la transmisión de mensajes. Centrándonos en estas últimas aparece el concepto de “escritura-objeto”, las cuales se han empleado en multitud de culturas de áreas geográficas distintas. Por ejemplo los quipus de los incas, que son un conjunto de cuerdas de distintos colores y grosores anudadas según un código, el wampum de los indios iroqueses con sus cinturones con conchas y vidrio, o el lenguaje de las flores. Pero todos estos sistemas ven limitadas su aplicación aparte de las dificultades que supone su manejo y almacenamiento.

  • PINTURA-ESCRITURA

A pesar de la validez de otros sistemas, la técnica destinada a extenderse sobre todas las demás es la técnica gráfica, la cual emplea marcas diversas sobre superficies variadas, siempre basadas en la producción táctil y la recepción visual. De hecho, en casi todas las lenguas la palabra escribir deriva de la palabra grabar. Para muchos investigadores, las pinturas paleolíticas son ya ejemplos de escritura, las primeras están fechadas en torno al 30.000 a.C. y todas tienen siempre una temática muy parecida con una elaboración esquemática (el realismo pictórico no aparece hasta el 28.000 a.C.).

Respecto a los significados de las pinturas paleolíticas hay que desestimar la finalidad artística debido a que la mayoría están localizadas en cuevas con poca iluminación. También hay que rechazar la finalidad ornamental. Suele concluirse que estas pinturas se realizaron con una función mágica.

Leroi-Gourhan, para referirse a las representaciones del período paleolítico, introduce una serie de conceptos para clasificar las pinturas:

Mitograma: son elementos gráficos agrupados sin seguir una línea, que prevén una vinculación aportada por el observador. No hay un hilo conductor visible y para desplegar todo su significado es necesario el uso de la palabra por lo que su contenido preciso se pierde cuando muere la tradición oral.

Combate entre arqueros. Cueva de Roure en Morella (Castellón, España).

Pictograma: son una serie de figuras animadas que dan consistencia a un relato y están en disposición lineal. Ofrecen escenas esquematizadas de la vida ordinaria y están situados en lugares accesibles por lo que es evidente una funcionalidad narrativa o informativa. Aunque es difícil determinar dónde acaba la intención mágica y dónde comienza la intención informativa. Hay autores que no dudan en otorgarles valor de escritura social con el fin de asegurar el buen funcionamiento del incipiente orden social.

  • TÉCNICAS SEMASIOGRÁFICAS

El término y el concepto lo introduce Ignace Gelb, estas técnicas son más conocidas como pictográficas o ideográficas y se definen por el hecho de que en todas ellas el procedimiento técnico consiste en contar una idea mediante dibujos. Una vez que el ser humano practicó durante milenios la comunicación gráfica mediante pinturas, empezó a construir códigos en los que asociaba mensajes más o menos concretos.

Ignace Gelb distingue dos tipos de recursos semasiográficos:

Los que se basan simplemente en la representación de la idea mediante objetos descritos con más o menos lujo de detalles.

Los que utilizan por contra un principio simbólico mediante grafías que están asociadas.

Pero los autores contemporáneos dudan de que haya existido alguna vez, en alguna cultura, una escritura completamente semasiográfica. Jesús Mosterín difiere de Gelb ya que piensa que hubo un momento remoto en la escritura en la que los grafemas representaban directamente ideas y Gelb afirma que esto no ha existido jamás.

Carta de Tortuga-que-sigue-a-su-esposa, un indio cheyenne, a su hijo Hombrecito (Washington, EEUU).

Durante siglos se pensó que tanto la escritura jeroglífica egipcia como la escritura china eran de carácter puramente semasiográfico pero gracias a expertos como Yuri Knorozov o Mosterín se han desechado estas ideas.

BIBLIOGRAFÍA

ESPEJO CALA, C. Historia de la comunicación escrita (de la prehistoria a la irrupción de la imprenta). 1ª Edición. Sevilla: Editorial MAD S.L., 1998. pp. 29-37.

Escritura e Historia

La escritura está presente en la vida del hombre desde hace, al menos, 30.000 años y ha sido la protagonista de su historia a lo largo de los últimos 7000 años. Desde su nacimiento, en toda época, ocupó la reflexión de los más sabios llegando, en el siglo XVII, a inaugurarse la primera ciencia aplicada exclusivamente a su estudio: la Paleografía.

Pero hasta finales del siglo XX no se percibe un interés científico a la hora de realizar un análisis global del fenómeno de la escritura a pesar de que la escritura es uno de los medios de comunicación entre los hombres, siendo hasta el presente el más utilizado.

La Paleografía, en su primer estadio, ayudaba a la Diplomática en la lectura de los documentos escritos y su estatuto científico era auxiliar con respecto a la Historia. A partir de 1940 se reclama una revisión de este estatuto y la Paleografía deja de considerarse una disciplina auxiliar. Poco a poco, los límites de la Paleografía se amplían hasta hacer que su estudio comprenda las escrituras en general, sobre cualquier soporte y época gracias a la Nueva Escuela Francesa. En los años 40 sobresale también la Nueva Escuela Italiana, la cual trabajó fundamentalmente en la consolidación científica de la disciplina.

En nuestros días se acomete una nueva revisión de los límites de la Paleografía y se comienza a considerar a la escritura como un medio de comunicación en sí mismo y no como una técnica para la comunicación. Aparece en esta época la corriente Historia del Alfabetismo que insistirá en la importancia del fenómeno gráfico y de las relaciones entre la sociedad y las expresiones escritas.

Núñez Contreras ha sintetizado en tres fases la sucesiva ampliación del horizonte científico realizado por la disciplina en el último siglo: de la “Paleografía de la lectura” a la “Paleografía crítico-analítica” y de ahí a la “Paleografía como historia de la escritura”. El Paleógrafo, desde el siglo XVIII, tuvo como tarea leer, identificar, autentificar y clasificar las escrituras según dónde y cuándo fueron hechas. Así, la Paleografía llega rápidamente a la Historia del Libro, la cual está indudablemente ligada a Annales, fundada por Lucien Febvre y Marc Bloch. Muchos autores de esta escuela aplicaron al objeto de estudio métodos cuantitativos de investigación llamándosele a esto microanalítica. Últimamente, sin embargo, la Historia del Libro ha ido progresivamente convirtiéndose en Historia de la Lectura.

  • COMUNICACIÓN ORAL / COMUNICACIÓN ESCRITA

La historiografía clásica clasificaba a los pueblos en dos grupos según su conocimiento o desconocimiento de la escritura: los que habían entrado en la Historia y los todavía estaban en la Prehistoria. Muchos autores han difundido la idea de que la escritura es una condición para la conciencia racional. Otros, como Lévi-Strauss, padre de la Antropología, afirmaron que la adquisición de la escritura se relaciona con la pérdida de la inocencia primitiva y el sometimiento a una lógica castradora ya que pierden el pensamiento salvaje de raíz.

Claude Lévi-Strauss.

Autores como Jack Goody afirman que los pueblos primitivos se diferencian de los civilizados tan sólo en el hecho de no poseer un sistema de escritura. No tener escritura obstaculiza la acumulación del pensamiento y el saber por lo que se impide que se den disciplinas como la Filosofía o la Ciencia, evitando así el progreso del pueblo en cuestión.

A pesar de las diversas teorías de los autores se puede afirmar que no existen pueblos sin escritura, al menos estrictamente hablando, ya que las marcas gráficas dejadas por el hombre desde su aparición fueron con intención comunicativa, presumiblemente.

BIBLIOGRAFÍA

ESPEJO CALA, C. Historia de la comunicación escrita (de la prehistoria a la irrupción de la imprenta). 1ª Edición. Sevilla: Editorial MAD S.L., 1998. pp. 13-22.

Nociones, principios y conceptos fundamentales sobre el Arte prehistórico

LOS AVANCES EN LA INVESTIGACIÓN DEL ARTE PREHISTÓRICO Y SUS PROTAGONISTAS

La valoración y el estudio del Arte Prehistórico se desarrollan sobre todo en el siglo XX, aunque es en la segunda mitad del siglo XIX cuando se inician sus principios básicos.

  • Primeros datos.

Tradicionalmente se ha venido aceptando que las primeras notas sobre arte rupestre paleolítico corresponden a F. De Belleforest, autor que en 1575 edita una obra titulada Cosmonogía Universal, donde hace referencia a la cueva de Rouffignac. Pero Belleforest sólo habla de las magnitudes de la caverna y no de las evidencias rupestres, por lo que no podemos emplear esta información.

Lope de Vega, en Las Batuecas del Duque de Alba (1597) hace referencia a las casas trogloditas de Las Batuecas, pero ocurre como con el ejemplo anterior, no es un dato válido.

Peña Escrita (Fuencaliente, Ciudad Real).

Hasta el siglo XVIII no obtenemos el primer dato historiográfico válido con Fernando José López de Cárdenas, el cura de Montoro, el cual en 1783 descubre y copia los pictogramas de Peña Escrita, interpretándolos como inscripciones fenicias, egipcias o púnicas.

  • Siglo XIX: batalla por la autenticidad.

A pesar de los estudios de López de Cárdenas, el comienzo oficial de los mismos se inicia en la segunda mitad del siglo XIX. La primera pieza de arte paleolítico descubierta corresponde a un bastón perforado con la representación muy parca de una probable ave, en la cueva suiza de Veyrier por F. Mayor.

Este fenómeno da lugar a un ansia coleccionista de conseguir objetos similares y se inicia así un expolio descontrolado en numerosos yacimientos. Entre 1860 y 1870 asistimos al saqueo y extracción de arte mobiliar en cuevas francesas. Pero también se comienza  enfocar el tema con mayor precisión científica.

El hito historiográfico fundamental acontece en 1868 con la publicación del libro Antigüedades prehistóricas de Andalucía de Manuel de Gógnora y Martínez, quien da a conocer un nuevo yacimiento: la Cueva de los Letreros en Almería.

Los Letreros (Vélez-Blanco, Almería).

En 1878 tiene lugar otro hecho memorable, la localización de unos grabados representando animales en las paredes de Cueva Chabot, aunque en la época no se tuvieron en cuenta.

Marcelino Sanz de Sautuola.

En 1879 se produce el verdadero descubrimiento científico del arte rupestre paleolítico, descubrimiento que provocó fuertes enfrentamientos académicos pero que sirvió también para abrir nuevas vías de investigación. Marcelino Sanz de Sautuola excavaba en la cueva de Altamira. Un día, su hija descubre por accidente el Panel de los Polícromos, comenzando así una agria polémica científica. Sanz de Sautuola publicó los vestigios materiales de Altamira junto a una reproducción de obras rupestres, afirmando que eran contemporáneas a los objetos de piedra y hueso de sus excavaciones. Pero los maestros franceses de la Prehistoria, en un acto chovinista, no aceptaron la autenticidad de los bisontes de Altamira, acusando al investigador español de falsificador y desprestigiándolo, muriendo al poco tiempo sin tener su trabajo reconocido. Sautuola tuvo mala suerte al toparse con Altamira ya que la cueva conserva un arte excepcional que no es representativo del arte rupestre paleolítico.

Altamira (Santillana del Mar).

En 1883 H. Breuil entra en escena con descubrimientos de arte rupestre paleolítico en Figuier, La Mouthe y Pair-non-Pair, verificándose la representación de animales. En 1902 se celebre un congreso donde Breuil aprovecha para presentar sus descubrimientos y los argumentos que confirman la autenticidad del arte de la cueva de Altamira.

  • Primera mitad del siglo XX: el “reinado” de Breuil.

El interés por la investigación prehistórica se desplaza del foco tradicional franco-cantábrico a otras regiones peninsulares. Cabré Aguiló descubre sobre las paredes de un abrigo rocoso de Calapatá varios ciervos naturalistas pintados, contactando con un nuevo tipo de arte rupestre: el Arte Levantino.

Calapatá (Cretas, Teruel).

Entre 1909 y 1914 tiene lugar un fuerte impulso en la investigación del arte prehistórico. En esta época se descubre algo inusual en el arte paleolítico: los famosos bisontes modelados en arcilla de la cueva de Tuc-d’Audoubert.

Se comienza a investigar en el extremo opuesto, en Andalucía, descubriéndose la cueva de La Pileta en Málaga. J. Cabré y Hernández Pacheco publican otros conjuntos de arte rupestre en Andalucía. Además, Breuil no retira sus ojos de la zona, a pesar de la lejanía y encuentra dos estaciones más de arte rupestre paleolítico: Doña Trinidad de Ardales y La Cala.

El periodo de entreguerras está marcado por una avalancha de descubrimientos, excavaciones, investigaciones y publicaciones. Asistimos a un par de hitos historiográficos: J. Cabré publica las cuevas de Los Casares y La Hoz en 1934, y L. Pericot excava la cueva de Parpalló en Valencia entre 1929 y 1931. Durante la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial las investigaciones sufrieron un notable freno.

  • Segunda mitad del siglo XX: crisis de los paradigmas breuilianos.

La publicación del arte de Parpalló ponía en evidencia la existencia en el Mediterráneo español de una fuerte tradición artística del Paleolítico superior. Entre 1945 y 1960 se suceden, sin interrupción, descubrimientos y estudios tanto en Francia como en España, gracias a la incorporación de una nueva generación de prehistoriadores. Es la década de los sesenta la que ve renovar los fundamentos metodológicos y teóricos del arte prehistórico, además de un aumento de las áreas exploradas.

En los últimos treinta años se ha propiciado notablemente el desarrollo de la disciplina. Estamos viviendo una etapa de renovación, con descubrimientos sorprendentes y la aplicación de nuevas teorías, métodos y técnicas que cimientan corrientes interpretativas.

LOS ORÍGENES DEL ARTE

El registro arqueológico de las sociedades prehistóricas nos pone de manifiesto parte de la cultura material de aquellas gentes. La cuestión está en discernir cuáles de esos objetos exhumados o grafías merecen el calificativo de artístico.

Se viene aceptando que un documento histórico posee una cualidad artística cuando es original y fue pensado-realizado para transmitir o comunicar alguna cosa visualmente, que pueda representar un trasfondo simbólico y que no demuestre un destino eminentemente utilitario. El arte o la producción de imágenes lleva consigo un componente comunicativo, expresa algo. Varios investigadores prefieren definir los primeros vestigios artísticos de los humanos con minúsculas o llamarlos pre-arte ya que bastantes de las representaciones primigenias sólo son marcas o imágenes, aunque no es algo que se dé siempre.

Bednarik y Lorblanchet han establecido la relación de ítems del registro arqueológico que permiten deducir las primeras expresiones artísticas. Estos indicios se ordenan según los grados de expresividad:

  • Huesos y piedras con incisiones – Las piezas de mayor antigüedad proceden del paleolítico medio y de contextos tecnoindustriales achelenses. Se ha encontrado también una protoescultura que no es más que un trozo de tufo volcánico con entalladuras naturales que simula un torso femenino, el cual se alteró de manera artificial por medio de varias incisiones para aumentar la definición de la figurilla.En la primera mitad del paleolítico superior aparecen otra serie de vestigios con elementos incisos. Los presumibles motivos plasmados sobre soportes óseos y pétreos por parte de los erectus y los neandertales no están normalizados ni se repiten, siempre surge la duda respecto a un origen natural ya que en el caso de los huesos pueden ser huellas de descarnado producidas por los útiles de sílex durante las actividades cotidianas, mordeduras de carnívoros y roedores… y en el caso de las piedras simples trazas de corte. Así pues, tendremos que asumir que las primeras manifestaciones gráficas fueron abstractas y no figurativas, preguntándonos seguidamente sobre lo que querían transmitir. Sabemos que algunos erectus recogieron y guardaron fósiles, piedras raras y cristales de cuarzo, lo cual indica un cierto grado de curiosidad o coleccionismo.
  • Objetos perforados – Los elementos perforados permiten suponer su función como colgantes pudiendo su portador expresar de alguna manera la distinción individual en relación al grupo o la integración social a ese colectivo. El número total de artefactos perforados es muy reducido en el paleolítico medio como para considerarlo definitivo de un universo cultural. En los ejemplares de mayor antigüedad, los orificios presentan un origen casual o natural.
  • Colorantes – Los depósitos de sustancias colorantes pueden implicar el conocmiento y la distinción del color. Los ocres son conocidos y utilizados desde el paleolítico medio. El problema está en averiguar si la función de esos colorantes fue estética o utilitaria.
  • Enterramientos – Las primeras evidencias surgen en los albores del paleolítico superior, es decir, en el panorama neandertal, pudiendo afirmar que los homínidos anteriores no llevaban a cabo este tipo de prácticas. La mayoría de enterramientos neandertales fueron excavados de antiguo y hoy está muy cuestionada su interpretación. El hecho de la deposición del difunto en una fosa puede adquirir un carácter más higiénico que ideológico, y las probables ofrendas-ajuares pudieron entrar en contacto con los cuerpos como consecuencia de la remonición de los estratos inferiores, aunque tenemos ejemplo de ofrendas que permanecen incuestionables.
  • Canibalismo – Tradicionalmente puesta en relación con el mundo simbólico o metafísico de las antiguas poblaciones. Se detectan en las porciones esqueléticas del homo antecessor de Atapuerca. El canibalismo ritual está muy debatido y denostado, lo que sí resulta evidente es que determinados sujetos comieron hombres, aunque desconocemos las causas exactas de ese comportamiento.
  • Zoolatría – Otro indicio de preocupaciones metafísicas de los neandertales. El conocido culto al oso: fosas o pequeños hitos con piedras cubriendo así los restos esqueléticos de úrsidos, pero nos topamos con imprecisiones y técnicas de excavación deficientes.
  • Dataciones – A veces hay evidencias de dataciones numéricas obtenidas en las mismas manifestaciones artísticas, que atestiguan la relativa antigüedad de la creación figurativa y la universalización del fenómeno.

La creación artística al final del Paleolítico no es una circunstancia exclusivamente europea, sino que se extendió por todo el mundo, siempre en fechas acordes con la “colonización” de esos territorios por parte del Homo sapiens sapiens. Podemos confirmar que el auténtico creador del arte es el Homo sapiens sapiens, lo cual nos llega de orgullo en cuanto a que es nuestra propia especie la protagonista de tan trascendente hecho. No sabemos a ciencia cierta si los neandertales tenían la capacidad de hacer arte y no la usaron, o simplemente ha desaparecido a causa del empleo de materiales perecederos.

Sea como fuere, el paradigma actual verifica que es el Homo sapiens sapiens quien trae la revolución a Europa, con una tecnología laminar para la talla de sílex, con lo que consigue rentabilizar la materia prima, y útiles normalizados secundarios para fabricar otros útiles, instrumentos y puntas de proyectil en hueso. La explosión creativa ocurre en el tránsito del Paleolítico Medio al Superior, con la expansión de los sapiens sapiens. La causa vendría dada por un incremento demográfico de los sapiens sapiens que necesitaron ampliar sus áreas de aprovechamiento.

SISTEMAS DE DATACIÓN DEL ARTE RUPESTRE

El arte rupestre o parietal permanece totalmente aislado de cualquier contexto arqueológico al estar colocado sobre las superficies rocosas. Debido a esto, la datación de las manifestaciones parietales resulta problemática en general. Podemos formular una subdivisión básica en razón de los procedimientos indirectos o directos. Los sistemas indirectos reúnen un fuerte componente de incertidumbre mientras que los directos ofrecen fechas a partir del tratamiento de los propios pigmentos o elementos asociados.

  • Dataciones indirectas 

Datación estratigráfica por cubrición – Depende en cierta medida de la casualidad: que estratos arqueológicos hayan cubierto a través de los procesos sedimentarios total o parcialmente un motivo artístico grabado o pintado en un lienzo rocoso. Estos hallazgos solo marcan una fechas “antes que”, sirviéndonos como orientación cronológica, aunque no está exento de problemática.

Datación estratigráfica por desprendimiento – Situación similar a la anterior en cuanto a lo circunstancial. Hay veces en las que de los lienzos o bóvedas que han estado decoradas se desprenden bloques o lajas y caen al piso inferior incorporándose a él.

Restos del contexto arqueológico artístico – Se trataría de interrelacionar las representaciones rupestres con aquellos vestigios localizados en sus proximidades y que podrían obedecer a las tareas efectuadas en el interior de la cueva.

Análisis morfológico comparado – Es uno de los sistemas más utilizados desde el principio de la investigación sobre el arte rupestre y dio lugar a los grandes esquemas cronoestilísticos clásicos relativos al arte paleolítico. Consiste en comparar los caracteres formales de obras muebles bien datadas, por proceder de un nivel arqueológico preciso, con los mismos elementos de las representaciones parietales.

Superposiciones técnicas – Cuando un mismo lienzo rocoso ha sido reutilizado por distintas sociedades como soporte artístico, o por una sola cubriendo el espacio con una amplia composición. El problema radicar en saber con exactitud el tiempo que media entre los dos motivos que se topan.

Análisis de pigmentos y recetas – Consiste en la determinación físico-química de los pigmentos y sus componentes, analizando las proporciones de las sustancias mezcladas y desvelando las recetas de los colorantes.

Marco tecnoestilístico – Era prácticamente la única fuente disponible para encuadrar las manifestaciones parietales. Se parte del auxilio de determinadas superposiciones y del presupuesto de que un ciclo artístico pasa por distintas fases de progresión estética, dentro del esquema global de lo simple a lo más complejo.

  • Dataciones directas

AMS – Es el método que está revolucionando la visión diacrónica del arte rupestre y mueble. El desarrollo del carbono 14 por acelerador (AMS) precisa de porciones mínimas, en orden de miligramos, para obtener una datación fiel. Es efectivo en pinturas de origen orgánico.

Datación de las concreciones de calcita – Cuando un motivo artístico, grabado o pintado, se hallaba cubierto por una película de concreción era interpretado como síntoma de autenticidad o antigüedad. Hoy sabemos que en zonas meridionales de Europa los procesos litoquímicos pueden ser muy rápidos. Estos depósitos de carbonato cálcico permiten su datación por medio de los isótopos de la serie del uranio.

Datación de microorganismos fosilizados – Es un método utilizado más que nada en grabados al aire libre. En las incisiones que permanecen a la interperie se pueden acumular por sedimentación una serie de elementos orgánicos del ambiente susceptibles de ser datados por AMS.

Datación de los barnices rocosos – Los soportes rocosos expuestos a las inclemencias se descomponen y forman un barniz casi siempre de óxidos de hierro y manganeso que ocasionalmente cubre los grabados y se puede datar por AMS.

BIBLIOGRAFÍA

SANCHIDRIÁN, J.L. (2012): Manual de arte prehistórico. Ed. Planeta S.A., Barcelona. pp. 11-49.