La escuela del franquismo

Imagen típica de los colegios españoles de la posguerra.

La Guerra Civil (1936-1939)  supone un cambio de época en la Historia de España e incluso del mundo, ya que la Guerra Civil se encuentra cronológicamente muy cercana a la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), por lo que se asistió a una transformación total de Europa en muy pocos años.

Pero, para comprender la educación durante el franquismo, hay que retroceder en el tiempo, concretamente hacia el sistema educativo basado en la Ley Moyano (1857), la cual trataba de ampliar un poco la educación hacia todas las clases pero mantenía, inevitablemente, una separación de clases y en la que únicamente podían educarse familias con posibilidades económicas. Cualquier niño que quisiese estudiar y no tuviese dinero sería sufragado por el estado. Al menos eso decía la teoría, pero eso rara vez sucedió ya que las familias eran analfabetas en su mayoría, y con situaciones bastante precarias.

Ya en el siglo XX, a partir de 1931, con la Segunda República se intentará acabar con las grandes desigualdades sociales del sistema de la Restauración, situándose en contra de los sectores más poderosos de la sociedad. Había muchos analfabetos, pocas escuelas… por lo que la República se dispone a crear programas para alfabetizar y escolarizar, así como planear la construcción de escuelas. Al comenzar la Guerra Civil todo esto queda paralizado incluso en los territorios en los que la República tenía poder. Tras la guerra se inicia una fuerte reforma que estaría marcada por la autarquía y el aislamiento hasta principios de los años cincuenta, cuando se levanta la condena de la ONU, y se realizan tratados con EEUU y el Vaticano.

Escuela femenina en Higuera de la Sierra (Huelva) en 1962.

La educación es algo que prácticamente se abandonó durante el franquismo. Existía un claro interés por la educación pública pero, ante la falta de capital, se deja gran parte de la educación en manos de instituciones privadas religiosas, las cuales regirán la educación española, poniendo como maestros a muchos militares veteranos de la guerra, lo cual influiría, inevitablemente, en la educación del momento, convirtiéndose muchas de las escuelas en auténticos mini-cuarteles regidos con una severa disciplina militar. Además la escuela estaba influenciada por la Falange y, por tanto, falangistas comenzarían a estar presentes en las aulas para adoctrinar políticamente.

En los años cincuenta fue importante la ayuda norteamericana hacia los niños, ya que enviaban alimentos, como leche en polvo o queso, a los colegios españoles para evitar la desnutrición. Muchas aulas eran rurales y unitarias, con espacios diferenciados, sin diferencia de edad del alumnado en el mundo rural.

Como en la mayoría de dictaduras, las aulas estarían llenas de símbolos políticos y, en este caso, religiosos también. El castigo físico era algo común en la escuela franquista, muy lejos de la concepción que se tiene hoy día sobre la educación. En el mundo rural se estudiaba únicamente con un libro: la Enciclopedia Álvarez, una enciclopedia bastante avanzada a su tiempo. El material era bueno pero, en la práctica, no resultaba efectivo debido a la diversidad de edad de los alumnos y al profesorado. Aunque el material en algunas aula era escaso, como hemos comentado, este sí que era de bastante calidad, con laminas para ilustrar cargadas de detalles, ya fuesen sobre Geografía, Física, Economía o Biología. Destacan también los míticos cuadernos Rubio dedicados al cálculo y la caligrafía, problemas que eran fundamentales en la España de aquellos momentos.

Colegio Sagrado Corazón de Jesús (Sevilla), 1966.

Cabe destacar que los libros eran diferentes para niños y para niñas, ya que no recibían el mismo tipo de educación. Se daba muchísima importancia a la Historia, de la cual rescataban determinados episodios como ejemplos o modelos nacionales, sobre todos momentos de fortaleza hispana con episodios como el de Numancia y Viriato, ejemplos de catolicismo como los Reyes Católicos, de gran Imperio con Carlos I o Felipe II… intentaban buscar justificaciones históricas para reforzar determinados símbolos e ideologías del régimen.

Como conclusión podemos sacar en claro que, en un inicio, la educación y la escuela franquista eran sumamente precarias e incluso estaban abandonadas, llevadas de manera consciente hacia el adoctrinamiento de los alumnos. Estos aspectos contrastan con la buena calidad de libros como la Enciclopedia Álvarez o los cuadernillos Rubio para aprender caligrafía o matemáticas. De una manera u otra, los primeros años de educación franquista fueron duros y precarios, pero poco a poco el sistema educativo iría evolucionando a la par que el régimen, aunque nunca se terminaría de abandonar por completo el adoctrinamiento al que eran sometidos los alumnos.

BIBLIOGRAFÍA

LARA MARTÍNEZ, L. (2012): España actual. Ediciones CEF., Madrid. pp. 167-197.

LARA MARTÍNEZ, L. (2015): Conferencia Universidad UDIMA, Madrid.

Reflexión acerca de la economía española en los siglos XX y XXI

A comienzos del siglo XX la renta anual por habitante era, aproximadamente, de 3000 pesetas (18,03€), vivían casi 19 millones de personas, con un crecimiento lento debido a la tasa de mortalidad más alta de Europa Occidental. Casi 5 de cada 10 españoles no sabían leer ni escribir. Era una democracia parlamentaria muy deteriorada, lo cual explicaría los dos golpes de Estado que sufriría el país durante este siglo. La industrialización solo había tenido éxito en Cataluña y el País Vasco, España era un país eminentemente agrícola en el resto de regiones, cuyos trabajadores vivían al borde de la subsistencia. Comparado con otros países europeos como Reino Unido o Francia, así como con países como Estados Unidos, el crecimiento español era lento e irregular. España estaba, a todas luces, muy lejos de ser una sociedad dinámica a comienzos del siglo XX.

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100 años después la cosa era muy diferente, la población se duplicó, la renta anual por habitante se situaba, en el año 2000, en 2.162.851 pesetas (12.999€), la esperanza de vida se situaba en una de las más altas de Europa y la educación obligatoria se había implantado. Todo esto, según expertos en el año 2002, gracias a los primeros 25 años de democracia a raíz de la Transición Española (1975-1982) y a otros avances como la integración económica en Europa. Los niveles de bienestar, en la España del año 2002, se situaban entre los más altos del mundo. El siglo XX español fue denominado, hace una década, por expertos como el siglo de la economía. Un siglo en el que los ciudadanos tomaron un interés decisivo en los aspectos económicos del país. Según el historiador económico Pablo Martín-Aceña, catedrático de Historia Económica en la Universidad de Alcalá de Henares, el paso de España, en términos económicos, por el siglo XX no fue tan exitoso como lo relatan otros expertos ya que hubo periodos en los cuales la economía se acercó a la media europea y otros en los que se alejaba de esta, de hecho, en el año 2002 Martín-Aceña aseguraba que España seguía lejos de estar en la media europea.

Gran parte de la España del siglo XX estuvo bajo regímenes autoritarios, algo que determinados expertos consideran como el principal, o uno de los principales factores, factor que explica el atraso de España respecto a Europa junto con determinados momentos de autarquía económica. Otro factor determinante fue la educación, bastante precaria en la España del siglo XX y que se agravó notablemente durante los primeros años de la dictadura franquista, en los cuales las escuelas estuvieron dominadas por instituciones privadas religiosas, parte del clero, de Falange e incluso veteranos de guerra que hacían las veces de profesor. Esto último influyó claramente en el avance tecnológico del país.

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Imagen de  Plaza Catalunya el 19 de julio de 1936 (MECD Archivo Fotográfico Agusti Centelles).

España, antes de la Guerra Civil (1936-1939) estaba lejos de ser un país industrializado al nivel de países como Reino Unido o Francia, pero la Guerra Civil supuso un auténtico atraso industrial y económico que se mantuvo hasta, aproximadamente, finales de los años 50. A partir de ese momento España crece notablemente, y ya a partir de los años 80 protagoniza una subida sin precedentes.

El país se transformó en los 60 y los 70, con una crecida del PIB por encima de la media europea. Además de crear una pequeña red comercial con determinados países. Pero todo esto no fue un crecimiento natural del país, gran parte de este crecimiento venía desde el exterior en forma de ayudas e inversiones de empresas extranjeras. Este rápido crecimiento hizo que el país, prematuramente, se enfocase en el sector servicios y abandonase, “rápidamente”, el sector primario y, en menor medida, el secundario. Hubo también una importante emigración hacia la Europa del norte, lo cual reducía sensiblemente el desempleo, un problema que España abandonó en los años 70 y que ha vuelto a sufrir desde, aproximadamente, el año 2011. Además, es la época en la que se comienza a explotar con éxito el turismo en España, gracias en parte a tener una divisa débil, de hecho España sigue siendo uno de los principales atractivos turísticos internacionales y el turismo supone, con datos de 2012, el 10,9% del PIB así como el 11,9% del empleo total. España comienza, entre los 60 y 70, a transformarse en una sociedad de consumo al estilo europeo.

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Seat 600, símbolo del desarrollo de la España de los años 60.

Tras la muerte de Franco la situación cambia radicalmente, se da paso un nuevo sistema político en el que se legalizaban partidos y se celebraban nuevas elecciones libres. Se comenzó a llevar una política económica deflacionaria para intentar paliar la subida de precios y la alta tasa de paro del país. Se puso en marcha una reforma fiscal que introducía los principios tributarios que conocemos hoy día, la cual ponía a España al mismo nivel, en términos tributarios, que el resto de países europeos, incrementando los ingresos del Estado. En el 79, con la crisis del petróleo, subió la inflación en España a la par que el paro. Tras la salida del gobierno de la UCD, la llegada del PSOE, la firma del tratado de Maastricht y la entrada en la moneda común, España da un verdadero salto económico, avanzando en dos décadas más que en años anteriores. Expertos, en 2002, aseguraban que, a largo plazo, este sistema situaría al país en el momento económico más esplendoroso de toda su Historia.

A comienzos del siglo XXI, los expertos achacaban el, ya “mínimo”, atraso de España respecto a Europa a la Guerra Civil y al franquismo, este último por su marcada autarquía hasta finales de los años cincuenta y por su corrupción. El desempleo, la emigración y el deterioro del nivel vida, problemas habituales durante la primera mitad del siglo XX, se creía ampliamente superado en el año 2002.

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Tras algunas lecturas podríamos llegar a asegurar que, tanto expertos como artífices de las políticas económicas adoptadas en España desde el año 1975 hasta 2008, fueron sumamente optimistas ante un país que sustentaba gran parte de su economía en un sector servicios precario comparado con el resto de Europa, un mercado inmobiliario gravemente especulado y una cultura del crédito desgraciadamente irresponsable.

Este escueto análisis nos lleva a plantearnos las siguientes cuestiones y así poder reflexionar sobre el grave problema económico que acusa España.

  • ¿Era España un gigante con pies de barro a comienzos de los años 80 ante la presión de entrar en la CEE?
  • ¿No se era consciente de que gran parte del desarrollo de España fue “empujado” por otros países que decidieron invertir en el país, es decir, un falso crecimiento?
  • ¿A qué se debe la pasividad del Estado hasta el año 2007 ante un mercado inmobiliario especulado e insostenible?

BIBLIOGRAFÍA

LARA MARTÍNEZ, L. España Actual. Ediciones CEF, Madrid, 2012.

Google Art Project y su compromiso con la Historia

 

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El Google Art Project es una de las últimas propuestas del gigante estadounidense Google Inc. con sede en California. Este proyecto consiste en una enorme base de datos que recopila imágenes en alta resolución de obras de arte expuestas en museos a lo largo del globo, y no sólo esto sino que podremos recorrer los pasillos -con la tecnología de Google Street View, un clásico de Google Maps- de dichos museos para introducirnos aun más en la aventura.

Este ambicioso proyecto fue lanzado a comienzos del año 2011 con 1061 obras de 17 grandes instituciones entre las que se encuentran la National Gallery, la Galería de los Uffizzi, el MOMA de Nueva York o los museos Reina Sofía y Thyssen-Bornemisza de Madrid. Google Art Project incluye, en cada obra, un panel informativo y etiquetas que permiten al usuario conocer más acerca de la obra en cuestión así como visualizar otras del mismo artista o de la misma corriente. A día de hoy las cifras han cambiado considerablemente y Google Art es una fuente más a consultar para investigadores, con más de 30.000 obras de arte procedentes de 150 museos de todo el mundo. Un magno proyecto a la altura del motor de búsqueda más potente del momento.

Bien seamos un investigador, un profesor, un alumno o un curioso aficionado, Google Art Project es una herramienta muy útil a la hora de realizar determinadas publicaciones sin tener que desplazarnos hasta el museo en cuestión. Desde nuestro PC, móvil o tablet tendremos siglos de cultura a nuestro alcance y alta definición, algo que hace años era completamente impensable. El compromiso de Google con este proyecto va más allá del “simple” turismo y nos aporta datos esenciales para el estudio de la obra en cuestión aunque, eso sí, en inglés.

Pongamos como ejemplo el estudio de los carteles utilizados por los contendientes en la Guerra Civil Española (1936-1939), concretamente los expuestos en el Museo Reina Sofía de Madrid. Con una buena selección de fuentes online podemos descifrar la simbología y la importancia de cada uno de los carteles.

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Comenzando cronológicamente nos encontramos con el cartel “En España amanece”, realizado en 1935, de Falange Española, un año antes de que comenzase el conflicto.

Antes y durante la Guerra Civil, en los carteles de corte fascista primaba una estricta simbología militar basada en la disciplina y claramente inspirados por la propaganda nazi o la de la Italia de Mussolini. El bando nacional, que ya había comenzado a fraguarse, pensaba tener una misión salvadora de España.

En este cartel apreciamos a tres falangistas -a los que se puede distinguir por su vestimenta, a pesar de estar en color negro, sombreados por el “sol”- realizando el característico saludo fascista con el brazo derecho en alto, los tres son idénticos, eliminando al individuo, el cual no es el protagonista. Sobre ellos se encuentra un sol que amanece, este sol no es más que el símbolo de la Falange: el yugo y las flechas. Detrás, el cielo rojo propio del amanecer. Abajo aparece el lema “Arriba España”.

La simbología de este cartel es muy fuerte, no solo por el nombre del cartel “En España amanece”, frase utilizada frecuentemente durante la Guerra Civil y que representa el amanecer, en el ideario fascista, con la llegada de la verdadera España o de los salvadores de esta, una nueva era de prosperidad para el país.

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Una simbología parecida tiene el póster “Requeté tocando la corneta” de Arlaiz, utilizado durante los años 1936 y 1937, en este caso con el conflicto ya iniciado.

En el cartel aparece un requeté, es decir, un partidario navarro del bando nacional que se caracterizaban por llevar una boina roja, tradición que se remonta a la Primera Guerra Carlista (1833 – 1840). De nuevo aparece el símbolo del amanecer, que podemos ver por los colores empleados y las sombras del cartel. A los pies del requeté sale un sol rojizo, amanece en España de nuevo, el renacimiento del espíritu nacional.

El requeté, madrugador, despierta a España con su corneta como centinela del bando nacional, no hay descanso para llevar a España la nueva era. En este caso el cartel se aleja de los estándares fascistas y va adquiriendo personalidad propia. Además carece de mensaje escrito.

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En el caso del póster “¡¡Flechas… a la España grande!!” utilizado durante todo el conflicto, entre los años 1936 y 1939, volvemos a la simbología clásica fascista ya que en este cartel se ensalza a las juventudes falangistas.

En este cartel apreciamos a un grupo de “flechas”, los miembros más jóvenes de la Organización Juvenil Española adscrita a Falange, marchando con rifles sobre sus hombros. Una vez más, como ocurría con el cartel “En España amanece”, se elimina al individuo -se elimina hasta el rostro- y lo importante es lo que este puede aportar al país, a la “España grande”. Estos jóvenes del cartel desfilan con rigurosa disciplina militar y representan la nueva generación que también lucha por regenerar España.

Arriba a la izquierda encontramos el yugo y las flechas, símbolo de la Falange. Abajo el mensaje “¡¡Flechas… a la España grande!!” que tiene un doble mensaje; por un lado el llamamiento a la participación y el apoyo al bando nacional por parte de la juventud -los flechas- y por otro se hace hincapié en la grandeza de España, un símbolo recurrente del bando nacional que glorifica al país desde su óptica particular.

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Siguiendo la cronología nos encontramos con un póster de carácter satírico llamado “Auca de Queipo de Llano” creado en 1937 por parte del bando republicano. Al contrario de los carteles que hemos visto anteriormente, en este caso, se intenta ridiculizar al enemigo y no ensalzar al bando en cuestión.

Durante la guerra, aparte de Franco, Queipo de Llano fue una de las figuras más caricaturizadas. Un “auca” no es más que una forma de “aleluya”, un cómic arcaico. En este auca de Queipo de Llano se pone al general nacional como una persona alcohólica, mujeriego, ladrón y asesino.

Este tipo de obras son propias de las vanguardias, de hecho Pablo Picasso realizó una, y aparte de caricaturizar al enemigo también sirven como denuncia de determinados actos.

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El póster “El Generalísimo” de Pedrero, encargado por la Unión General de Trabajadores (UGT) y usado entre los años 1937 y 1938 es otro caso de denuncia ante la dramática situación que estaba provocando el conflicto.

En este cartel se representa a Franco como un esqueleto, como la muerte y con una curiosa simbología: lleva una esvástica en el pecho -por entonces símbolo utilizado por el NSDAP alemán-, un casco prusiano -símbolo imperialista y de épocas pasadas-, una espada y una capa.

Detrás de Franco se encuentran, sujetándole la capa, tres diminutas figuras -en contraposición a Franco- que representan a un militar, un burgués y un sacerdote armado con un rifle, lo cual refleja que estos tres grupos están a las órdenes y sirven a Franco, el líder, siendo, a su vez, estos tres cuerpos, los principales apoyos del fascismo.

Llegando al final del conflicto, con la inminente victoria del bando nacional, la propaganda nacional cambia su espíritu de lucha para comenzar con la regeneración del país, un país destrozado por un conflicto que deja atrás cientos de miles de muertos, poblaciones enteras destruidas, una situación geopolítica complicada y un desastre económico tras de sí. Así pues, en muchos casos los militares dejan de ser los protagonistas de estos carteles propagandísticos dejando paso a los “héroes” de la regeneración, los que van a levantar la “Gran España”: el pueblo y Franco.

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Esta simbología se muestra muy bien en el póster “Ha entrado la España de Franco” de Salinas, utilizado en el año 1939, en los estertores del conflicto y posterior posguerra. En este cartel se hace referencia a la caridad de la organización Auxilio Social, la cual recordaba al pueblo la gran labor realizada por el Caudillo, el cual estaba con todos los españoles, sin hacer distinción entre vencedores y vencidos.

El cartel, aparte de hacer alusión a la caridad como símbolo católico también, pone como protagonista a la mujer, la cual carga pan para el pueblo desde un camión de la organización Auxilio Social. Por esa misma carretera vienen muchos otros camiones llenos de víveres y la derecha aparece una ciudad en llamas a causa del combate, pero los camiones de Auxilio Social, gracias al Caudillo, vienen a ayudar a los heridos, hambrientos, refugiados y niños como salvadores. En la parte inferior del cartel aparece el símbolo de la Falange -el yugo y las flechas- y el mensaje principal: “Ha entrado la España de Franco”, ya que sin Franco toda esta ayuda no sería posible. Era el momento de regenerar el país.

Como hemos podido observar, gracias a Google Art Project hemos podido realizar un breve estudio sobre la simbología de la propaganda, tanto nacional como republicana, durante la Guerra Civil Española, ayudándonos a comprender mejor qué mensaje está inserto detrás de cada póster y con la posibilidad de apreciarlos con todo lujo de detalles.

Así pues Google Art Project es una herramienta muy útil a tener en cuenta en el estudio de la Historia, no solo de la Historia del Arte.

BIBLIOGRAFÍA

EDUCACONTIC, Google Art Project: Descubre, observa, analiza y comparte arte. [Consulta: 8-3-2015]. Disponible en: http://www.educacontic.es/blog/google-art-project-descubre-observa-analiza-y-comparte-arte

GOOGLE ART PROJECT, Carteles de la Guerra Civil. Museo Reina Sofía [Consulta: 8-3-2015]. Disponible en: https://www.google.com/culturalinstitute/browse/carteles%20guerra%20civil?q.openId=8129907598665562501&projectId=art-project

PARES, Catálogo de carteles de la Guerra Civil. [Consulta 9-3-2015]. Disponible en: http://pares.mcu.es/cartelesGC/AdminControlServlet?COP=6&page=1

WIKIPEDIA, Google Art Project [Consulta: 8-3-2015]. Disponible en: http://es.wikipedia.org/wiki/Google_Art_Project